Si tienes el cabello graso seguramente estás familiarizada con el círculo grasoso vicioso: está pesado y se ve sucio, así que lo lavas, y como lo lavas, el cuero cabelludo reacciona produciendo más grasa, y tu cabello se ve sucio. Además, si lo lavas tan seguido y con agua caliente, se reseca, y tienes entonces cabello graso pero con puntas quebradas. Genial. Una excelente solución para este problema es limpiar tu cabello con un shampoo seco. Un día con el seco, un día con agua. Verás que pronto recupera el equilibrio. Lo mejor es que no tienes que comprar uno, una cucharada sopera de cualquiera de estos productos te sirve a la perfección:
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- fécula de maíz
- fécula de maíz con una pizca de vitamina C cristalizada
- polvo de arroz (también conocido como polvo de iris)
- arcilla blanca en polvo
- polvo de licopondio (en tiendas de herbolaria)
Lo primero que tienes que hacer es pasar por un tamiz para estar segura de que no queda ni un grumo. Reparte una cucharada sopera del producto que elegiste en todo tu cuero cabelludo, dando un masaje. Deja actuar unos minutos y después baja la cabeza cepilla con un cepillo de cerdas suaves. Termina cepillando con un peine muy fino (aún con la cabeza hacia abajo) para retirar cualquier residuo.
¡Listo! ¡Adiós exceso de grasa!