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10 cosas que nadie dice sobre la masturbación

Entender que la masturbación es algo normal, sano y necesario para tener autoconocimiento es algo todavía difícil para algunas mujeres. Hoy te contamos 10 cosas que te harán asimilarla de mejor forma.

Parece ser que hablar de la masturbación sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad. Conversando por ahí con un conocido sobre la sexualidad de los chilenos, me comentaba que él ve a muchas mujeres que aseguran ver pornografía o buscar la satisfacción propia sólo cuando tienen un par de copas encima y siempre en un tono de risa.

Aunque para otras muchas esto es algo natural y necesario para lograr el autoconocimiento y saber lo que nos gusta y lo que no, siempre es bueno volver a repasar ciertas verdades o mitos que existen en torno a esta. ¿Quieres conocerlos?

  1. La masturbación femenina no implica utilizar tus dedos como si fuesen un miembro masculino y nada más. Si en algún momento, se les hubiese dicho a las chicas que recién comienzan a masturbarse que existe el clítoris y que con él se pueden lograr cosas maravillosas, muchas hubiesen comenzado antes y sin tanto temor. O es lo que creemos. 
  2. Tampoco se necesita frotar el clítoris como su estuvieras haciendo un rápido scratch en un disco de vinilo. El cuerpo entero posee terminales sensitivos que puedes utilizar en la masturbación. Tus senos, el trasero, piernas, abdomen… puedes ir a cualquier lugar que desees porque la idea no es terminar y ya, sino que es pasar un largo y buen rato.
  3. ¡La masturbación no es algo sucio! Creo que debí haber partido con este punto, pues en muchas aún está la idea de que es algo que se debe esconder, que no se puede conversar y que debe quedar completamente escondido. Sin embargo, es una de las experiencias más agradables del universo entero y no hiere a nadie en absoluto. ¡Sácate esas ideas de la cabeza y disfruta!
  4. Todos lo hacen, aunque lo traten de ocultar. Tal vez algunas no tan seguido, porque la sociedad nos ha enseñado que las chicas no deben masturbarse porque no es aceptable, o muchos han salido con la idea de que es una pérdida de energía innecesaria, o qué se yo. El punto es que aunque algunas esperan para probarlo, de todas formas terminan haciéndolo. Homosexuales, heterosexuales, solteros, casados, infieles, separados, todos, pero todos lo hacen.
  5. Puedes usar tu imaginación o ver porno mientras lo haces. Sí mujeres, vean porno en soledad o con su pareja, ¡pero vean! Cuando entres a los cientos y reconocidos buscadores de vídeos, podrás sacar ideas, ver lo que te gusta, realizar búsquedas específicas e inspirarte para tu momento a solas.
  6. ¡No lo ocultes de tu pareja! Que él sepa que puedes estar a solas y disfrutar igual, hará que te vea como una mujer segura de si misma y que sabe lo que quiere. Podrás mencionarle cuáles son tus movimientos favoritos y él te podrá contar los suyos. Es una situación donde todos ganan conocimiento y expertis pasándolo bien.
  7. La masturbación no hará que disfrutes menos del sexo. Es un gran mito y está muy lejos de ser verdad. Como ya te contamos, si sabes lo que te gusta, podrás comentarlo con tu pareja y hacer que el sexo juntos sea el doble de maravilloso. ¡Bravo por el autoconocimiento!
  8. Muchas veces no conseguirás orgasmos tan buenos, y otras veces simplemente no lo conseguirás. El cuerpo no es una máquina y no siempre funciona de la misma forma, resulta frustrante pero no hay nada que hacer.
  9. Gente o ideas inesperadas pueden pasar por tu cabeza mientras estás en ello. Puedes pensar en tu pareja, en tu jefe, en una situación idílica, en alguien prototípico que sea parte de tus fantasías pero que no conozcas. No importa quien sea, es completamente normal y esto no significará que estés enamorada de esa persona. Fantasías son fantasías, y aquí todo vale.
  10. Finalmente, nunca es malo dejar de recordar que está bien querer hacerlo. No dudes en experimentar un poco contigo misma cuando estás cansada, no puedes dormir, quieres relajarte, pasarlo bien o simplemente ver un poco de pornografía. Y si eres de las que aún no lo hace por miedo o temor a lo que podrían decir, ¡anímate! Nadie te reprenderá.
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