Parece ser que el tema del día de hoy son las nudies de Jennifer Lawrence. Según la mayoría de los sitios web en los que ha sido destacada la polémica (como Mashable, por ejemplo), un hacker de 4Chan dio con ellas desde la cuenta de iCloud de la actriz.
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Vaya seguridad que hay en la nube. Sin embargo, la marca americana líder en tecnología ha declarado:
Queríamos proporcionar una actualización a nuestra investigación dentro del robo de fotos íntimas de ciertas celebridades. Cuando supimos del robo, nos movilizamos inmediatamente para que los ingenieros de Apple descubrieran la fuente. La privacidad de nuestros clientes es de primordial importancia para nosotros. Luego de 40 horas de investigación, descubrimos que algunas cuentas de celebridades se encontraron comprometidas por un ataque bastante localizado en nombres de usuario, contraseñas y preguntas de seguridad, una práctica que se ha convertido en algo muy común en Internet. Ninguno de los casos que hemos investigado ha resultado de una brecha en alguno de sistemas de Apple, incluyendo iCloud o Busca mi iPhone. Seguimos trabajando con el apoyo de la ley para identificar a los criminales implicados.
Sin embargo, aunque así pareciese ser momentáneamente, J.Law no es la única chica que guarda fotografías íntimas de sí misma. Y no me refiero a todos los otros numerosos accidentes que las celebridades femeninas también han tenido.
Seguro, podríamos nombrar a Scarlett Johansson, a Mary Elizabeth Winstead, a Vanessa Hudgens y a Blake Lively. Pero existen al día otras miles de chicas que se toman fotografías desnudas. Y lo más lamentable, es que al igual que Jennifer Lawrence y todas estas celebridades, las chicas también tienen que lidiar con que un tercero tenga imágenes privadas que ellas mismas no le compartieron directamente.
Todos tenemos derecho a tomarnos nudies
Todos tenemos derecho de cargar, descargar y compartir o, más que nada, sólo guardar el contenido de nuestra preferencia. Mas, nadie tiene el derecho de indagar y, mucho menos, compartir dicho contenido sin nuestro permiso.
En lo personal, no le veo nada de malo en que una mujer se tome fotografías desnuda. Llámenle autoestima o, ¿por qué no? Algo para compartir con su pareja si es el caso.
…sin embargo, nadie tiene derecho a difundirlas
La mayoría lo reconoce como una práctica del sexting. Y, desgraciadamente, así como hay miles de chicas que lo practican, también hay miles de hombres que, estando o no en una relación con la chica de la foto, comparten este contenido a sus amigos.
Algunos de manera inofensiva, como broma. Otros a manera de venganza (o, peor aún, amenaza). Y, sí, algunos otros para lucrar con ellas en el negocio de la pornografía en Internet.
Violación a la privacidad
Hackear a alguien, es una invasión a su privacidad. Hackear a alguien es un delito.
Y al nosotros investigar, difundir o conseguir el contenido explícito de las fotos de Jennifer Lawrence o de cualquier otra chica, estamos fomentando ese delito. La discreción, sobre todo, debería existir en estos casos.
Vamos, que a ninguna chica le gustaría que algún desconocido se entretuviera con sus fotografías íntimas. (Ahora multiplíquenlo por millones, dado que Jennifer es una figura pública.)
Acciones legales
Actualmente, en Chile, se planea la legislación de una nueva ley que impida este tipo de “porno de venganza.” En ella, se establecen multas elevadas e incluso cárcel tanto a los que difundan como a los administradores de sitios web en los que no se retire inmediatamente este tipo de contenido.
Considero yo que esta ley le vendría bien al resto de los países de Latinoamérica (y el mundo). En lugar de intentar monitorear lo que se comparte en Internet, el gobierno debería proponer estrategias para la protección de la privacidad que, día con día, sufrimos los usuarios.
Finalmente, el Internet es un derecho humano para cada uno y nadie tiene derecho a utilizarlo como una herramienta para violar ningún otro .