Actualidad

Propósito de 2015: no volverme a enamorar

De como en 2014 nada más me enamoré por convivir y en serio no puedo más.

Para 2015 tengo un solo propósito: no enamorarme. Digamos que aunque llevo varios años de experiencia en esto de hacer cachitos mi pobre corazón, 2014 sí que estuvo de miedo.

Empecé con ese hombre que no me convenía porque estaba comprometido. Y loco. Más la segunda. Durante todo 2013 lo habíamos mantenido en sano y bonito sexting a escondidas pero un arranque de romance navideño en diciembre hizo que para mediados de enero estuviera ya hasta las nalgas, figurativa y literalmente, por él.

Vamos a concederle algo, es uno de los tipos más talentosos, divertidos e inteligentes que me haya topado. Pero con una combinación entre una inseguridad muy fuerte y un ego desmesurado que lo hacen una persona volátil, indecisa, impulsiva… está loquito, pues. Y sí, lo que te choca te checa: yo soy exactamente igual.

Recomendados

No podíamos más que terminar mal y eso fue lo que hicimos, en mayo.

Pensé que iba a sufrirlo y no, antes de que terminara ese mes un dude que me gustaba y nunca me había hecho caso me presentó a un amigo suyo y ¡pum! caí.

Caí nivel aparecieron los Carpenters en mi hombro cantando canciones cursis y todo. Y como soy de armas tomar, y en el fondo sabía que necesitaba la distracción, decidí que tenía que conquistar a ese muchacho.

Fui a verlo en su fiesta de cumpleaños a principios de junio y le llevé un regalo y ¡pum! cayó él. Y todo fue miel, de esa que generalmente me da náuseas, hasta que me fui de viaje y me llevó al aeropuerto y me dijo que por favor me portara bien y que cuando regresara quería empezar algo en serio y que sí me porté bien y que nunca lo volví a ver.

Pocos días después de su desaparición salí por unos tragos con ese amigo que nos había presentado. Sí, el que primero me gustaba y no me había hecho caso. “Se me hace que volvió con su ex” le dije. Quería decirle “antes me gustabas tú y ahora cero, así que supongo que esto se me va a pasar también”, pero no lo hice.

Para agosto éramos tan amigos que hasta escribí aquí sobre las razones en las que tu mejor amigo es mejor que tu novio. Y de verdad a veces me le quedaba viendo y me decía que ya no me gustaba ni tantito y que es muy extraño eso de la atracción.

Para distraerme, porque siempre hace falta, invité a salir a un chico, pero desistí a la tercera que me dio largas. Así pasa.

Y un día de octubre me di cuenta de que tres minutos antes de que pasara mi ahora BFF por mí no estaba en Twitter viendo a quién molestaba, sino en mi cuarto pintándome los labios. Y mi hermana se dio cuenta de que cuando, como cada diez minutos, él me mandaba un mensaje, sonreía como idiota. Y mis demás amigos se dieron cuenta de que ya no les reservaba tiempo porque siempre quería estar libre para salir con él.

Un día como tantos en los que bebíamos cervezas en mi sala me le quedé viendo y me dije otra vez que es muy curioso eso de la atracción, que como llega se va y como se va, regresa. Y que ya estaba, figurativamente nada más, hasta las nalgas por ese man.

Como seguía siendo de armas tomar me fajé mis pantaloncitos y se lo dije. Desapareció por tantos días que pensé que iba a ser para siempre también.

El problema no es el ego, a ese suelo no meterlo en estas cosas. Regresó, hablamos, quedamos como amigos, no tengo rencor.

En esos días me llamó el que había desaparecido y sí, yo tenía razón, había vuelto con la ex. En esos días tuve el sexo más aburrido de mi vida con el que me había dado largas cuando lo invité a salir. Y en esos días, también, reapareció el loquillo que no había visto desde mayo con la nueva de que ya no estaba comprometido. En esos días ya era finales de noviembre.

No, no fue el ego, fue que aunque una parte de mí realmente quería intentarlo, ya no me quedaba corazón que dar. En algún momento quedó tan roto que creo que puede considerarse pérdida total.

En pocas palabras, todo 2014 me enamoré por convivir. Y por eso en 2015 ya no voy a ser de armas tomar. Me rindo, bajo las armas. En 2015, por piedad, no me quiero enamorar.

Tags

Lo Último


Te recomendamos