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El metabolismo es uno de los motores más importantes para nuestro cuerpo. Su acción permite que utilicemos la energía que integramos a través de los alimentos, y también, selecciona aquellos nutrientes que nos son útiles y elimina sustancias tóxicas.
Además de todo esto, el metabolismo tiene un papel principal en cómo nuestro cuerpo asimila lo que comemos, y por ende, es un aliado muy importante en las dietas de adelgazamiento.
Su estimulación permite que no caigamos en el odiado efecto rebote post-dieta y además, significará que nuestro cuerpo gastará más energía estando en reposo de lo que gastaba con un metabolismo lento.
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Lo primero que debemos considerar es que para quemar más calorías, debemos poner a funcionar el metabolismo. ¿Cómo podemos hacerlo? Podemos partir consumiendo más alimentos que contengan fibra, y ojalá, integrarla en la primera comida del día.
El agua caliente con limón y la piña son otras opciones muy beneficiosas para acelerar el metabolismo; las dos tiene propiedades anti-grasa y ayudan a eliminar la retención de líquido.
Algo muy importante también es fraccionar las comidas en pequeñas cantidades, las que se consumirán con menos horas de diferencia. En vez de comer un gran plato a la hora de la cena, podemos reducir las porciones y consumir el resto un par de horas después.
La clave es estimular el metabolismo y lo peor que podemos hacer es pasar horas y horas sin comer. Muchas veces cuando estamos a dieta, pensamos que dejar de comer tan seguido puede ser útil, pero en realidad, pasa todo lo contrario.
El ejercicio físico también es un gran aliado en este tema. Al movernos, estaremos motivando a nuestro cuerpo a usar de mejor manera la energía y, por ende, le daremos la orden de que esa grasa tan molesta comience a desaparecer.
