Siempre se nos ha dicho que mientras menos mostremos, más atractivas y elegantes vamos a ser. Esta creencia un poco machista y conservadora ubica a la mujer en categorías arbitrarias: la que muestra, no es fina, la que no lo hace, sí lo es.
La industria de la moda ha tratado de derribar este mito, aunque lo ha hecho siguiendo ciertos parámetros; las modelos que muestran un poco más de piel en las pasarelas son las menos voluptuosas, lo que muestra que aún hay tabúes en torno al tema.
La disyuntiva entre “los desnudos finos” y “los desnudos comunes y corrientes” está más presente que nunca. Al parecer, mostrar un poco en una pasarela de alta costura es aceptado porque significa innovación.
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Pero, ¿qué pasa si una mujer común y corriente decide pasearse por la calle con un diseño exclusivo de Marc Jacobs en el que se vean sus senos o su trasero? Lo más probable es que será catalogada de ordinaria, más aún si esa mujer no tiene las medidas de una modelo.
Es común que por cada versión de cada una de las semanas de la moda, veamos por lo menos 10 modelos mostrando mucha piel. Incluso, hace poco fuimos testigos de esto llevado al extremo: penes a la vista en la pasarela de Rick Owens.
Una de las diseñadoras que ama las transparencias es Diane von Furstenberg, pero nadie se atrevería a decir que sus diseños son ordinarios o de mala clase, ¿o sí?