La parte buena de estar soltera

“La hija de la vecina tiene 30 años y aún esta soltera, qué horror”. Aunque suene un poco arcaico y retrógrado, aún es posible escuchar comentarios de este tipo, sobre todo de parte de personas que crecieron en épocas anteriores a la nuestra.

Ser soltera hace algunas décadas era mal mirado. Te trataban de “solterona” o de “la que se va a convertir en la señora llena de gatos“, y toda mujer que pasara los 30 años y que siguiera sin casarse, “estaba acabada”.

Para nuestra suerte, las cosas han cambiado un poco. Digo un poco porque aún es posible escuchar,de vez en cuando, comentarios desafortunados sobre las mujeres solteras.

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La verdad es que no tener pareja puede ser algo muy bueno. Si ya has tenido relaciones amorosas, te darás cuenta de que la soltería a veces es necesaria. No se trata sólo de momentos de transición entre una relación y otra, sino que de un tiempo para conocernos a nosotras mismas.

Las relaciones dejan muchas enseñanzas. A partir de las buenas o malas experiencias que se pueden vivir cuando se está en pareja, podemos sacar en limpio mucha información emocional que nos servirá para crecer y madurar.

Hay que saber que la soltería no es un delito o un motivo para que los demás te juzguen. Muchas mujeres son solteras porque quieren, y también, porque consideran que estar soltera no es sinónimo de estar disponible.

Mirándolo de esa forma, la soltería es una herramienta de empoderamiento que podemos usar a nuestro propio favor. Es una oportunidad para dedicarnos a nosotras mismas, a las amigas, a hacer lo que nos gusta y que, por lo general, no podemos hacer por falta de tiempo.

Puedes usar la soltería para darte cuenta de que contigo misma basta, y que no necesitas o tienes que depender de alguien para ser feliz. Claro que es bueno apoyarse en las personas que quieres, pero no puedes tener sólo ese recurso disponible para salir adelante.