En tu mirada donde siempre llueve, en tu boca trabada, en una cama donde tus sueños no encajan, te postras y ni del todo duermes.
En tu boca que escupe y en tus manos que sienten como se diluye la esperanza, porque prefieres amarrarte a lo que llamas tu suerte.
En tus labios rotos y en tus jeans salpicados de cloro.
Recomendados
Consecuencias de un beso no consentido: los años de prisión que piden para Luis Rubiales por caso Jenni...
Amaranta Hank denuncia que por ser actriz de contenido adulto absolvieron a Alberto Salcedo
“Ahí está pintada Colombia”: indignación por condena a la influencer Aida Victoria Merlano
En tu piel sin aroma, en el vivir igual al que tanto criticas y tienes en frente.
En tus mensajes trillados, en tus llamadas obligadas, en los detalles que no tienes, en la realidad que te pintas como acorralada.
En tus camisas sin planchar, en tu soledad tan concurrida, en tus mentiras repartidas, en la paz que esperas y no te visita.
En el llanto contenido, en los te quiero repartidos sin filtro.
En la rutina que cosiste a tu mente y de la cual cada día es más difícil desprenderte.
En la voz con la verdad que callaste para siempre, en tu existir inerte.