Tipos de papás en la era de las redes sociales

“Papá, ¿para qué me llamas si puedes enviarme un mensaje por WhatsApp?” Si naciste a mediados de la década de los 80 y a principio de los 90, lo más probable es que tengas uno de esos papás que aún llaman por teléfono.

Hay dos tipos de papás de “la vieja escuela”: los que aman la tecnología y sacan el mayor partido posible de ella, y los que se niegan a “caer en sus redes” porque consideran que por culpa de la tecnología, todos los jóvenes “somos rebeldes e impacientes”.

Los padres que se rehúsan rotundamente a relacionarse con los aparatos tecnológicos, son esos que prometieron con toda su alma que nunca dejarían de leer el diario en papel, o que creen que es algo “de alienígenas” eso de hablar con alguien y verlo en la pantalla de un computador al mismo tiempo.

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Si algunas vez te atreves a decirle que existe algo llamado chat y le insinúas que podrías mostrarle cómo funciona, este tipo de papá te va a mirar con un gesto de burla y te va a decir: “hija, yo crecí hablándole a la cara a las personas, no a través de esos aparatos extraños que a ti te gustan”.

Por otro lado, están los papas pro tecnología, esos que al igual que tú, se comunican por WhatsApp, tienen un perfil en Facebook y manejan a la perfección todo lo que tenga que ver con la modernidad.

Si tu papá es así, lo más probable es que prefiera que le envíes un mensaje antes de que lo llames, porque lo más probable es que esté “ocupado” jugando con su celular y no quiere que lo interrumpas porque o sino, va a tener que empezar otra vez para pasar la etapa.

Esos papás también son especialistas en bombardearte con comentarios en tus fotos de Facebook y disfrutan escribiéndote cosas como: “Mi niñita hermosa, tan grande que estás, me emociona verte”, etc, etc, etc.

Son los papás cool, esos que se sacan una selfie para mostrarte lo rico que está su almuerzo o que te envían videos virales de personas haciendo cosas estúpidas que, inexplicablemente, no puedes dejar de ver una y otra vez.

Así son los papás en la era de las redes sociales; todos son geniales a su manera, les guste la tecnología o no. No hay que entenderlos, sólo hay que quererlos.