Cuando pensamos en relajar la mente, lo primero que hacemos es pensar, ¿Cómo hacerlo? ¿En qué momento? ¿Con qué técnicas? Creemos que meditar es lo único que nos ayuda a mantener nuestra mente libre de cualquier pensamiento negativo y del estrés. Pero cuando pensamos en sentarnos media hora (mínimo) en silencio y soledad, suena cero atractivo.
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Cuando eres una persona creativa y demasiado activa, no concibes eso de la meditación. La buena noticia es que existen otros métodos igual de efectivos y que además te devolverán la sonrisa después del pesado día de trabajo. Toma nota.
Fotografías y videos
Cuando llegues a casa, desempolva el álbum fotográfico de la familia o del último cumpleaños en donde utilizaste una cámara análoga para tomar fotos del momento. Recordar bellos momentos es una linda forma de relajarte naturalmente y sentirte en armonía.
Lee
Pero no cualquier cosa, tómate el tiempo de buscar un libro que se acomode a tus intereses y que, en cuanto lo abras, te desconecte de cualquier cosa y te permita crear tu propio universo en donde todo está bien y fluye.
Camina solo
Escoge tu escenario favorito, el parque o tu calle favorita y da un largo paseo. Si quieres acompáñate de tus audífonos y un playlist tranquilo para hacer el recorrido más ameno.
Siéntate a observar
Observar también es una manera de relajarte. Concéntrate sólo en lo que ves y enfoca tus ojos en aquello que se te haga bello y único. No necesariamente debe ser un objeto, también hay escenas en nuestro día a día que nos llenan de placer con tan sólo verlas.
Habla con un niño
Si tienes sobrinos, hijos o a un niño pequeño cerca de ti, debo decirte que hablar con él puede ser tu salvación después de un día pesado o difícil. Acércate y descubre la maravillosa imaginación de una criatura inocente. Además puedes aprender muchas cosas de ellos.