Maternidad

6 cosas que nadie te dijo sobre ser mamá por primera vez

Sin duda, la maternidad es una etapa de gran felicidad, pero también de difíciles situaciones que debes enfrentar y que no sabías que eran tan complicadas. Nadie dijo que iba a ser fácil.

Convertirse en mamá es algo con lo que muchas mujeres sueñan desde su infancia. Siempre es tema de discusión con las amigas; como será la sensación de tener un pequeño ser que crece en tu cuerpo, que después abrazamos como si fuese el perfecto retrato de la máxima felicidad.

Si bien es un momento muy anhelado y esperado por 9 meses, o en algunos casos, por toda una vida, hay situaciones que nadie nos advirtió que ocurrirían.

No lo habíamos leído en ninguna parte o nunca supimos dimensionar lo difícil, cansador o bizarro que todo esto podría llegar a ser para nuestras inexpertas vidas.

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Es por esto que te contamos algunas de las situaciones que nunca supiste que eran tan complicadas a la hora de la llegada de un niño. Te entregamos algunos consejos que te pueden ayudar en este camino hacia la maternidad.

Tu mundo gira en torno a tus senos

Mi ginecóloga siempre me dijo: “prepárate para amamantar” y yo no le presté mucha atención, porque ya me ponía cremas y preparaba el pezón para la lactancia. Más allá de eso, no le veía mucha complicación al asunto.

Pero a dos días del parto, comienza tu tortura. Crecen de manera descomunal, te sientes como un engendro suplicando tu anatomía anterior y lo peor, es que duele demasiado. A esto se suma la constante succión del bebé que provoca algunas heridas ¡Sí, heridas! ¡Nadie me dijo esto!

CONSEJO: Si quieres evitar este suplicio, prepara el pezón desde el primer mes utilizando una jeringa sin aguja, colocas el pezón en la punta y vas “succionando”. Si aún estás complicada, ponte paños tibios en las mamas por unas cuantas horas y eso te aliviará el dolor.

También hay variadas cremas que te ayudan a reparar las heridas y que no afectan al bebé ¡Benditas sean!

Vergüenza ¿Qué es eso?

Debido a lo anterior, tus senos suplican por un descanso al aire libre, lo que es bueno ya que ayuda a reparar la piel. Ya no te importa que todo el mundo te vea en esta situación, con los paños tibios, cremas y toda tu humanidad en libertad.

Estás demasiado cansada, el dolor es intenso, por lo tanto, si no quieren ver esta escena ¡Pues que se larguen!

CONSEJO: Los extractores de leche son muy eficaces ya que te ayudan a aliviar el dolor y guardar leche para tu hijo. Además, si guardas la leche en el refrigerador puede durar hasta 6 meses en perfecto estado. Y en cuanto a las visitas, les recomiendo que sean cortas para que las mamás puedan descansar.

Pañales, ropa, vaselina, alcohol, algodón…y la lista no acaba

Sí, es conocido por todos que traer un hijo a este mundo no es nada barato y que los niños recién nacidos requieren muchas cosas pero, ¡todo al mismo tiempo!

Además, varias de mis amigas (sin hijos y que sabían menos que yo) me regalaron muchos pañales de recién nacido que, con suerte, me duraron 2 semanas porque estas criaturas crecen tan rápido, que pasan de inmediato a la talla P (la siguiente a la de “Recién Nacido”) o 6 meses en el caso del vestuario.

CONSEJO: No compres muchos pañales ni ropa de recién nacido y diles a tus parientes y amigos que te regalen tallas más grandes. Además de la ropa, también debes comprar útiles de aseo como crema para coceduras, alcohol gel para limpiar tus manos antes de mudar, algodón, vaselina para limpiar el cuerpo de los recién nacidos o cremas sin olor, y todo hipoalergénico.

Es muy importante guardar cosas cerca del lugar donde cambias los pañales, para que no dejes a tu hijo solo ni por un segundo.

Es muy fácil caer en la depresión

No lo niego. Ser mamá es una experiencia muy linda pero es lo más agotador del mundo. Nadie te lo dice, pero las dos primeras semanas eres una esclava de tu hijo: no duermes nada porque debes alimentarlo cuando él quiera, eso quiere decir cada 3 horas ¡Nadie puede descansar así!

A esto se suma tu aspecto físico: las ojeras que te llegan al suelo, el cansancio que te impide peinarte o tener alguna mínima preocupación de belleza por ti y toda tu ropa huele a leche cortada.

CONSEJO: Pide ayuda a tus amigas para que te veas mejor o pide consejos sobre qué ropa usar si aún estás muy hinchada o cualquier cosa que te haga sentir mejor. Tu imagen refleja tu  interior, si te sientes linda, ¡estarás más feliz para ti y tu hijo!

Es hora de que escuches a tu madre

Cuando te conviertes en mamá, todos tus cercanos te van a dar consejos, ¡todos! Desde el carnicero, el conserje, la vecina entrometida, hasta la suegra que no va a dudar en criticar sobre lo que estás haciendo a su pequeño nieto.

Ante esto, es fácil caer en la locura o al menos en la confusión, por lo tanto debes elegir sólo una persona a quien prestar toda tu atención.

CONSEJO: Siempre escucha a tu madre, que es la persona que más te conoce y que te puede ayudar cuando estés cansada o al borde de la locura.

Lo más importante; tiene experiencia en recién nacidos en una época donde el machismo imperaba, no había mucha información, ni mucho menos había tantas cosas para bebés como hoy en día.  Toda una master en la materia.

Nada es para siempre

Las primeras dos semanas no duermes. Después, debes ir al pediatra todos los meses, realizar exámenes médicos, los medicamentos, debes vigilar si no se pegó con algo y no sentirte culpable.

Después empiezan a caminar, se caen, se pegan, son curiosos, por lo que debes reacomodar tus muebles estratégicamente según los pasos de tu hijo.

Es cansador, agotador pero sólo dura… 1 año y medio. Sí, puede ser mucho, pero cuando veas que da pasos firmes no vas a estar tan preocupada, vigilándolo cada segundo y vas a sentir una pequeña sensación de libertad.

Las preocupaciones van mutando, y si antes eran los pañales o dormir poco, ahora va a ser la estimulación, leer, jugar, ser firme con las pataletas y siempre decirle un “te amo” a esa personita que cambió tu vida.

CONSEJO: Rodéate de personas que te quieran, los amigos que se convirtieron en tíos y que te pueden ayudar a cuidar a tu hijo cuando quieras salir. Puede que sientas culpa, un mal entre todas las mujeres, pero debes aprender que si quieres ser una buena mamá, también debes preocuparte de tu felicidad.

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