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Emprende un viaje contigo misma y conocerás a la persona que habita en ti

Permítete experimentar alguna vez en tu vida un viaje en solitario que dejará recuerdos imborrables.

Se acerca el fin de 2015 y llegan todos los pensamientos de lo que queremos hacer en el nuevo año que está a la vuelta de la esquina. Es el momento de canalizar nuestros anhelos y por supuesto, de renovar las energías para recibir las nuevas experiencias.

Seguramente se te pasó por la cabeza la idea de viajar sola alrededor del mundo. Tal vez el trabajo, el dinero y la poca motivación en que te encuentras, han impedido que materialices tu sueño.

Lo que no sabes es que si nunca te das esta oportunidad, no conocerás lo que se siente vivir esta maravillosa experiencia. Por eso, si lo estás pensando o ya lo tienes decidido, ésta columna es para ti.

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Es cierto que algunas personas son más viajeras que otras porque también depende de la personalidad. Normalmente las que son más independientes y aventureras por naturaleza, se inclinan más hacia las experiencias en solitario.

Primero que todo, debes saber si estás dispuesta a emprender un viaje sola porque si no estás segura es mejor que no te arriesgues. Es como un llamado que sientes desde tu interior que te dice ahora es el momento.

Cuando ya tomaste esta decisión, debes preparar tu mente y espíritu para esta nueva aventura de tu vida. Elije un destino y los días aproximados que vas a ocupar, o mejor aún no planifiques tanto y déjate llevar por lo que el camino te va mostrando.

También debes tener un propósito claro de lo que quieres hacer en tu viaje. Me refiero a si te quieres ir por un tiempo a estudiar algo, trabajar por una temporada, o simplemente conocer sin ninguna expectativa.

De hecho puede que estés necesitando de un buen descanso por tu arduo trabajo, y te tomes el viaje como una desconexión mental o para replantear tus proyectos de vida. Quién sabe si esto te puede ayudar a descubrir que no estás feliz en tu puesto y que necesitas un cambio.

Una vez conocí a una chica que dejó su trabajo, a pesar de que le iba muy bien, para irse a viajar por África sin un pasaje de retorno. Casos como éste demuestran que nunca es tarde para hacerlo y que no hay límites si de verdad te lo propones.

Además, la experiencia de viajar contigo misma te entrega puros beneficios. Es bien parecido a cuando te vas a vivir sola, y que a pesar de tener responsabilidades y sentimientos de angustia, es una experiencia que a la larga te ayuda a crecer como persona.

Sólo lo vas a descubrir cuando lo experimentes por tu cuenta. Te percatarás de lo capaz y fuerte que eres por valerte por ti misma a través de los desafíos a los que te enfrentarás en la ruta. Ya el hecho de ir a un país de otro idioma te abre la mente a nuevas realidades y culturas.

Te sorprenderás de tu crecimiento personal, te sentirás más agradecida de la vida por conocer diferentes realidades, aprenderás a conocerte a ti misma y tu autoestima aumentará, disfrutarás de los pequeños momentos, conocerás el real significado de la palabra libertad, y al regreso del viaje ya no serás la misma, obviamente para mejor.

Sigue el ejemplo de Julia Roberts en la película Comer, Rezar, Amar , que lo tenía todo en su vida, pero se replanteó su existencia y se fue de viaje por un año. Así fue como comió en Italia, rezó en India y amó en Indonesia.

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