Actualidad

No quiero matarme trabajando, y no le veo nada de malo

Una reflexión sobre la evolución del concepto de trabajo y lo que pensamos los millennials.

En esas típicas conversaciones sobre la vida que tienes con una de tus amigas cercanas emergen ideas y sentimientos encontrados sobre tu situación actual. Uno de esos temas “existenciales” es sobre lo que esperas de la vida y qué proyecto deseas encaminar.

Ya en la adultez y en los primeros años de trabajo, tus padres y hasta la sociedad esperan que seas una persona exitosa en todos los sentidos que la palabra pueda abarcar. Parece que no hay cabida para las caídas, las frustraciones, los arrepentimientos y los temores.

Aunque puede que se cuente con el apoyo de tus cercanos, muchas veces es tu propia cabeza la que no te deja tranquilo por su intento de cumplir esas “reglas” estipuladas de antaño. Surgen pensamientos como “debo seguir en esto”, “sí me la puedo”, “hay que aguantar”, “todo es por un fin mayor”.

Recomendados

He hablado con muchas personas sobre sus proyectos de vida y me he sorprendido con sus respuestas. La mayoría no quiere insertarse al mundo laboral tan luego hasta que lo sientan realmente y si es que lo hacen, no están dispuestos a tranzar las exigencias que este mundo implica.

Hubo una transición desde el esforzarse por conseguir y durar en un trabajo hacia la búsqueda de lo que realmente hace feliz a la persona. Los millennials sobre todo, ya no piensan como antes donde había que dar la vida por un trabajo, si total se gozaba de juventud.

De hecho, en estos días la tónica es no durar más allá de algunos meses en el mismo lugar de trabajo. Ahora importa el bienestar personal y el ambiente laboral se posiciona sobre la renta.

Esto se aprecia aún más en las generaciones venideras que se aburren rápidamente de la rutina, son más exigentes con el mundo y se sienten merecedores de las cosas buenas de la vida.

Aunque me ha costado entender estas ideas porque incluso a mi corta edad guardo esas exigencias del pasado, apoyo totalmente este cambio de pensamiento. Creo que estar en un trabajo donde pueda desarrollarme y alcanzar mi realización personal es más importante que matarse en uno tan sólo por acumular “experiencia”.

Me encanta mi carrera, pero estoy consciente de que no quiero jubilarme cuando ya no le encuentre sentido a la vida por haber dejado la rutina de “la máquina”. Por eso soy partidaria de que el trabajo no lo es todo y que lo importante es vibrar con una pasión personal.

Se me ha pasado por la cabeza viajar por el mundo para ayudar a personas vulnerables y hasta ir a abrazar pandas a China, espero cumplirlo algún día. Lo único que tengo claro es que no quiero que un trabajo me absorba a tal punto que me quite las ganas de vivir.

Tags

Lo Último


Te recomendamos