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Si Barbie ahora tiene curvas, ¿por qué no existe el Ken “fofisano”?

Despues de que Mattel anunció los cambios de Barbie, las redes sociales propusieron que el galán de plástico también tenía que pasar por ese proceso.

Volvemos a lo mismo. Mattel decide que es necesario cambiar a Barbie porque tiene que parecerse más a la mujer real y lanza una colección de muñecas altas, bajas, más rellenitas y de piel negra. ¿Por qué todos esos cambios sólo son para la versión femenina del juguete más famoso del mundo?

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Volvemos a lo mismo porque pareciera que Mattel le está “haciendo un favor” a las mujeres, vendiendo una muñeca “más normal”. El problema de fondo es que el mundo cree que tiene que hacernos ese favor, porque hay que celebrar que las mujeres son bellas en todas sus formas.

Pero no, Ken no. Él no puede tener grasa o ser bajito, tiene que ser lo más parecido que existe a Brad Pitt o Johnny Bravo. La posibilidad de hacer un Ken real nunca ha estado en discusión, pero que Barbie lo sea, sí.

Las redes sociales pueden ser ociosas, pero del ocio siempre puede salir una buena idea: el Ken “fofisano”. La conversación empezó por el cuestionamiento de varios usuarios hacia la falta de un Ken distinto, más parecido al hombre promedio.

Para aclarar un poco el tema, hablemos de lo que significa ser “fofisano”. En inglés se llama “Dad Bod”, algo así como el cuerpo de los hombres cuando se descuidan un poco, con esa grasita abdominal que ellos creen que se ve “atractiva”.

Es como una forma de justificar las cervezas de más, diciendo que es un aspecto “más natural”. Habiendo aclarado este punto, podemos hablar del Ken “fofisano”. ¿Por qué sería bueno que existiera? Porque los hombres promedio no son como Ken.

Si hablamos desde el punto de vista de los juguetes y de lo que representan, quizás sea bueno que los niños y niñas sepan que no existe ni el hombre ni la mujer perfecta, y que un hombre con músculos no tiene por qué estar con una mujer rubia y delgada. Esos no son los ideales que queremos transmitir.

Ahora, habría que considerar si una niña querría que su Barbie tuviera un novio “fofisano”.

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