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Convertirte en una mejor versión de ti misma es mas fácil de lo que crees

Nadie te puede decir que no eres capaz, pero cuando tú misma te convenzas de ello, tu vida va a cambiar para siempre.

Cuando eres adolescente y te hablan de madurar y convertirte en un adulto, por lo general sientes rechazo por esas ideas. Lo ves como algo lejano y no quieres que sea motivo de preocupación, porque te falta mucho para hacerte responsable de ti misma.

Pero, de hecho, eso de madurar y ser adulto está totalmente sobreestimado, y de un momento a otro, te das cuenta de que te sientes como alguien que sí puede hacerse cargo de sí mismo y que también está dispuesto a hacerlo con gusto. Como si fuera un proceso natural.

Es difícil identificar ese momento, pero cuando miras hacia atrás, sabes que has crecido mucho y que ahora puedes lidiar con esas cosas que antes parecían imposibles. Pero como estamos en constante evolución, tampoco hay que quedarse con una versión de nosotros mismos: tenemos todo para seguir creciendo.

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Hay algunas cosas simples que puedes hacer todos los días para mejorar eso que no te gusta tanto de ti misma, o para mirarlo desde una perspectiva positiva. Quizás estás feliz con lo que eres, pero nunca está de más considerar la posibilidad de estar aún más cómoda en tus propios zapatos.

Si quieres, puedes hacer una rutina que sólo incluye algunos detalles para cada día. Tú lo haces como quieras, la idea es inspirarte y motivarte, de a poco y sin presiones. Vas a ver que cada detalle fortalecerá tu voluntad para ser feliz.

Día 1

Cuando llegues a tu casa después del trabajo, toma una hoja, escribe algo bueno o positivo que te haya pasado en el día y recítalo en voz alta. Pueden ser varias cosas, tú pones las reglas.

Día 2

Si quieres, puedes repetir lo mismo del día 1, pero por la mañana. Escribe algo que quieras que se cumpla, pero no te enfoques en cómo lo lograrás, sino que en cómo te sentirás cuando ya lo hayas cumplido.

Día 3

Piensa en toda esa gente que está en tu vida y que es sumamente negativa. Empieza a relacionarte con personas que te hagan bien, que no te recalquen tus defectos y que no se quejen todo el día de sus propios problemas.

Día 4

Si tienes ganas de hacer algo y todavía no te decides, hazlo ya, ahora. Puede ser inscribirte en un taller de danza o construir un huerto en tu casa. No importa lo que sea, lo importante es seguir esa intuición.

Día 5

Deshazte de un mal hábito. Aunque nos demos cuenta y no nos guste, los hábitos están arraigados: llevamos años repitiendo el patrón. La buena noticia es que se pueden cambiar y quizás, con ese pequeño cambio, haya muchas cosas que mejoren en tu vida.

Día 6

Desconéctate de la tecnología. Hablando de hábitos, a veces ni nos damos cuenta cuando tomamos nuestro celular y lo miramos, es como una costumbre que nos hemos formado pero que no siempre tiene sentido.

Día 7

Plantéate metas grandes, sin importar que suenen poco reales. Nada es imposible y la voluntad sólo puede surgir si tienes claro tu objetivo.

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