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Emprendedoras jóvenes: no hagan caso a estos prejuicios

Van a haber muchas personas que dudarán de ti. Otras te apoyarán y te dirán que sigas adelante, pero al final, tienes que hacerle caso a tu propia intuición.

Estudiaste, tuviste la oportunidad de educarte y aprender, pero tampoco quieres que los demás decidan por ti sobre lo que te conviene y lo que no. Luego de trabajar un tiempo en lo que “deberías” o en un rubro específico que tiene que ver con lo que te especializaste, decidiste convertirte en tu propia jefa.

Sabías que iba a ser difícil y que tendrías varios obstáculos, pero estabas dispuesta a correr el riesgo porque era tu sueño. Armaste un plan de acción y empezaste a evaluar todo lo que conlleva un emprendimiento, incluida la inversión que sería bastante importante.

Ya lista para lanzarte y entrar al mercado, te encontraste con personas o situaciones que te hicieron dudar. Te cuestionaste si lo que hiciste era lo correcto, a pesar de que lo tenías muy claro. Pero lo bueno, es que fuiste capaz de sobreponerte a eso y de seguir con tu proyecto.

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Tus cercanos no entienden por qué lo haces

Hace no tantos años, el hecho de que una mujer fuera jefa en una empresa era muy difícil de imaginar. Nuestros padres y abuelos se criaron con esa percepción, y puede ser que al plantearles la idea de emprender, no entiendan realmente por qué lo quieres hacer.

Pero no importa. Aunque algunos de tus amigos o familiares no puedan entender al 100% por qué haces lo que haces, debes enfocarte en tu objetivo, aceptar su apoyo y no dejar que las ideas de otros tengan más relevancia que las tuyas.

Eres demasiado joven para triunfar

Tomando en cuenta lo que decíamos antes, es probable que personas de generaciones mayores que la tuya, te digan que nadie te va a tomar en serio porque eres demasiado joven como para infundir respeto y autoridad.

Es un desafío, pero no tiene por qué detenerte. Ganarse el respeto requiere de trabajo y determinación, y una vez que demuestres eso, tus competidores, compañeros de trabajo o empleados tendrán claro con quién están lidiando.

Eres mujer, ¿no deberías hacer un negocio sobre cosas para mujeres?

Sí, es un concepto machista y retrógrado, pero es probable que más de alguna persona —probablemente serán hombres— lance comentarios de ese tipo cuando le plantees tu idea de hacer un emprendimiento tecnológico o de algún otro rubro que por lo general está dominado por hombres.

Pero ahí está la gracia. Si te atreves, también vas a motivar a más mujeres que tienen la expertiz y conocimientos para emprender en cualquier ámbito. Deja que los demás sean escépticos, ese es su problema.

Si no te resultó a la primera, deberías dejar de intentarlo

Sabemos que a veces las mujeres tenemos que demostrar perfeccionismo para que otras personas valoren lo que hacemos. También, de la mano de ese prejuicio, está el de la mujer emprendedora “ruda” o “despiadada”, y no tiene por qué ser así.

Es probable que los demás crean que si fallaste, es una señal de que deberías abandonar. Pero no, tienes que permitirte fallar y seguir intentándolo, porque los errores siempre te muestran un camino nuevo y diferente de hacer las cosas.

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