Si bien nadie se atreve a dudar del sitial de Jackson como rey del pop, poco se le ha atribuido a la Fawcett respecto al valor de su carrera en un mundo marcado por la cultura cinematográfica estadounidense. Descubierta por Aaron Spelling, el emblemático productor de Hollywood, la transformó en uno de los personajes más representativos desde 1976: su papel de Jill Monroe en Los Angeles de Charly, despertó una verdadera “farrahmanía” por su belleza, carisma y por representar los más altos cánones de estilo, tradición y tendencia de su país. Hija de un empresario petrolero, la vida de Farrah estuvo marcada por el éxito más representativo en el país de tío Sam: cuerpo perfecto, mucho dinero, fama, y un marido igual que ella en versión hombre.
PUBLICIDAD
Ok. Michael Jackson fue el que revolucionó la industria de los recitales, de los videoclips y fue el artista que más ha donado dinero a la beneficencia mundial. Y sus funerales despiertan mucho más interés que ver a Ryan O’Neal despidiendo a su amada. Las noticias han cubierto cada uno de los detalles de los últimos días del ex Jackson Five, escuadriñando si pudo haber una “mano negra” que le impidiera cumplir con su sueño de volver en gloria y majestad a los escenarios de Londres.
Seguramente el funeral del “Rey del Pop”, será el inicio de un nuevo boom de ventas de discos y souvenirs del extinto artista. Su familia, seguramente sacará suculentos beneficios de este colorido adiós. Farrah, en cambio, se despidió de este mundo en una ceremonia privada, donde primó el amor de Ryan, el hombre con que se había reencontrado tras saber que el cáncer la carcomía.
Más allá de los tumores, de los tratamientos, de sus ganas de vivir, de las imágenes que permitió grabar de su desintegración física, una de las mayores tristezas de su vida era la situación de su único hijo: Redmond O’Neil. Desde abril que se encontraba en la cárcel por reiterados desacatos a la ley de drogas. Era adicto a la heroína y no pudo compartir los últimos días de su madre, ni tampoco disfrutar del reencuentro familiar. Sus padres se separaron desde que él era muy pequeño, por lo que desde la cárcel de Los Angeles soñaba poder compartir con ellos después de tanto tiempo.
Al menos lo dejaron asistir al último adiós de su madre. Bajo una humillante vigilancia policial debió ver desaparecer los restos de su madre, una actriz que simboliza una de las épocas más glamorosas de la televisión. Redmond, no tuvo mucho tiempo para consolar a su padre, quien devastado, recomienza una vida en solitario, marcado por el amor que profesó a su mujer, y por ayudar a su hijo en sus problemas delictuales.
Link: Farrah Fawcett