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Rodrigo Salinas: “Yo he hecho mearse de la risa a mujeres”

Álvaro Peralta habló con Rantoncito de El Club de la Comedia.

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Dibujante, guionista y comediante son algunas de las ocupaciones de este Licenciado en Arte, quien tras pasar por las publicaciones de cómic y la realización del recordado 31 Minutos ahora se luce con su personaje Ratoncito en el Club de la Comedia. Con risa fácil y hablar acelerado, Salinas nos conversó acerca de lo que ha sido pasar por todas estas actividades, además de tratar de analizar por qué su nuevo personaje gusta tanto. De paso, se lanza con una o dos teorías acerca de las mujeres y el humor.

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Un camino sinuoso

-Cuéntame un poco tu camino desde que estudias Arte en la Universidad de Chile hasta tu actual vida de comediante en televisión.

Bueno, es un camino irregular. Porque haber terminado haciendo esto no es lo que yo planeé. Porque tampoco planeé nada. O sea, yo
dibujaba en el colegio y por eso pensaba que tenía que estudiar dibujo o algo así. Y llegué a Arte a la Chile, porque pensaba que era lo lógico y ahí tuve mi primer choque, porque me encontré con que a lo que yo me quería dedicar –la historieta, el cómic- no era algoc considerado artístico. Pero también en la universidad conocí a la gente de Kiltraza, que hacía publicaciones con fanzines, y ahí le encontré un poco de sentido a todo el asunto. Esa fue una época muy interesante, de trabajar en cosas que no resultaban o que no las veía nadie, pero yo creo que al final mi escuela fue más Kiltraza que la universidad.

-¿Y qué haces al terminar la carrera?

Fui con mis cosas a mostrárselas a Hervi. Ahí por primera vez estuve frente a un maestro, a alguien que me abrió las puertas. De hecho él fue súper buena onda conmigo. Yo lo llamé, le conté que era dibujante, que quería mostrarle mi trabajo y que lo admiraba. Él me dijo que ningún problema, que fuera. Recuerdo que le llevé un vino, miró mis cosas, le gustaron, comimos, nos curamos y después hasta me llevó a la casa. Cuando íbamos en el auto yo pensaba, “voy a chocar con Hervi y cuando choque le voy a tomar la mano”, como en Thelma y Louise (risas).

-¿Pero qué fue lo primero que hiciste ya fuera de la universidad?

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Bueno, armamos con un grupo La Nueva Gráfica Chilena, porque me di cuenta que lo que a mí me gustaban eran las publicaciones y lo que necesitaba entonces era auto editarme y hacer revistas. Yh haciendo esas revistas me di cuenta que tendía naturalmente al humor. Y por alguna de esas cosas que pasan, recuerdo haberle mandado mi revista a Pedro Peirano. Él las vio y después nos conocimos trabajando en El Mercurio y por ahí me llamó a 31 Minutos y así me fui por el lado de la tele. Pero siempre fue una cosa que desencadenó otra, pero yo nunca sabía para donde iba esto. Ratoncito.

-Y siguiendo con este encadenamiento de cosas, en algún momento llegaste al Club de la Comedia, pero a hacer guiones, ¿No?

Después de 31 Minutos yo hice con Matías Iglesis un programa que se llamó Experimento Wallápolis y ahí invité a actuar a Pedro Ruminot y a Sergio Freire, porque nos habíamos conocido en algún momento… ya no recuerdo cuándo. El asunto es que lo pasamos súper bien haciéndolo y luego de un tiempo Pedro me llamó porque estaban buscando un guionista para El Club de la Comedia. Y así primero estuve trabajando sólo como guionista y luego me entusiasmé y pedí permiso para hacer Ratoncito.

-¿De dónde sacaste la idea de Ratoncito?

Puta, de siempre. Es que yo el universo Disney lo encuentro perfecto y me encantaba la idea de tener una imagen más chilena de un ratón, más guarén, que es lo que tiene Ratoncito. Que es un hueón que tiene la ternura para cantar pero que es un criminal.

-Y prendió rápido el personaje.

Fue raro, porque cuando expliqué el gag la verdad es que no se entendió mucho. Pero cuando se hizo el gag, se emitió y a la gente le gustó; ahí recién me entendieron. Mujeres, humor y seducción.

-A las mujeres les gusta mucho Ratoncito, ¿Por qué crees que pasa eso?

Porque será tierno… pero en realidad es un criminal, un conchesumadre.

-Tal vez le gusta a las mujeres porque lo ven como un niño.

Me imagino que les produce ternura un ratón que asesina gente y que después pide perdón. O porque a las mujeres les encanta que los hombres pidan perdón, no sé (risas). La explicación yo no la tengo.

Tengo una amiga, que también es amiga tuya, que siempre me contaba que te encontraba un seductor, pero un seductor distinto, uno que usaba el humor.

Puta, nunca me ha resultado con ella, me podría haber dicho eso a la cara (risas). Yo le he tirado todos los chirolazos y nunca me ha pescado. Bueno, me encantaría pensar que uno siempre está haciendo chistes para que te resulte con las minas. De hecho, si hay una cosa que a mí realmente me encanta es hacer reír a una mujer. Entre hacer reír a un hueón y a una mina, prefiero mil veces hacer reír a una mina. Yo he hecho mearse de la risa a mujeres. De hecho, cuando mi actual señora me conoció ella se meó de la risa, porque estábamos en un asado y yo la hice reír con unas tonteras. Y cuando las mujeres se ríen con las cosas que yo hago, a mí me encanta. Bueno, y normalmente cuando me dejan de querer, ya no se ríen. Eso me ha pasado. De hecho a mi ex señora no le causo ninguna risa. Nada.

-¿Tienes claro de qué se ríen las mujeres, si son cosas muy distintas a las que nos causan risa a nosotros?

En general distingo ciertos temas. Hay cosas con las que nos reímos los hombres que a las mujeres no les causan ninguna gracia. Y hay cosas con las que se ríen ellas, como Maitena, que yo no la entiendo. Hay una barrera de incomprensión que nunca la vamos a poder pasar. Tampoco entiendo muy bien por qué las mujeres quieren ser también humoristas si lo hacen tan bien como dueñas del mundo, como presidentas. Al final distingo a la mujer más como a una autoridad. Y el hueveo lo asocio al desorden y la irresponsabilidad. Y creo que esas no son características femeninas, creo que las mujeres son todo lo contrario.

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