Groupies de siempre

-El fin de semana supimos de una fanática local que cambió su sangre por la de Leo Rey, ex líder de La Noche, para proteger al cantante de su estado de ebriedad y evitar cargos. Una locura, ella arriesgó su trabajo y modificó evidencias legales, pero al menos pudo conocer a su ídolo y encima ayudarlo. Y es que así son las groupies, esas mujeres que se mueren por los artistas, que los siguen dónde sea, que esperan horas a fuera del hotel e incluso de sus casas por un autógrafo, esas que presiden el club de fans, las que se les insinúan sexualmente, que les tiran su ropa interior en los conciertos y que a veces los acompañan a las giras y viven en sus casas.

Hay fanáticas y fanáticas. Están las que saltan las vallas de contención para subirse al escenario, las que se desmayan, las que rompen en un llanto incontrolable, las que tiran peluches, las que una vez finalizado el recital tratan de meterse como sea al camarín de la banda y están las que importándoles nada la ley, la pasan a llevar por proteger a quien aman platónicamente, tipo Mirta Rojas Contreras, la auxiliar de enfermería que suplantó la sangre con alcohol de Ley Rey por la suya después que el músico tropical chocara con una micro. No pensé que a nivel local tuviéramos gente tan fanática, ella claramente no es la única.

Internacionalmente hay casos emblemáticos que vale la pena recordar: Apple Scruffs y The Stones

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Las groupies comenzaron con la explosión del rock’n roll, no justo en los 50′, más tarde entre los 60′ y 70′. Los primeros en tener un grupo de seguidoras fueron The Beatles, se llamaban las Apple Scruff. Esas chicas los esperaban a la salida de los conciertos y de sus casas y estaban a disposición de los cuatro británicos. Incluso les dedicaron dos temas: “She Came in Through the Bathroom Window” (ella entró por la ventana del baño) porque algunas del grupo entraron por la ventana del baño de la casa de Paul McCartney y “Apple Scruffs” que pertenece al álbum de George Harrison “All Things Must Passde”.

Una de las fieles seguidoras era Carol Bedford, ella contó su experiencia como fanática en el libro “Waiting for the Beatles”. Otra conocida fue Pattie Boyd, una adolescente que finalmente se casó con George Harrison, pero por las infidelidades de éste, el matrimonio terminó.

Si hay otra banda rodeada de fanáticas, son los Rolling Stones. Las más conocidas son Anita Pallenberg y Marianne Faithfull, ambas vivían con el grupo y compartían la cama con Mick Jagger y Keith Richards, estos lejos de enojarse, las alentaban.

Otras emblemáticas

Pamela des Barres. Esta joven fanática de The Beatles y Rolling Stones coleccionó famosos y formó GTOs, una banda de groupies que se acostaban con los músicos y se encargaban de los trámites de la banda. Ella comenzó involucrándose con Mick Jagger y Jim Morrison, siguió con Jimmy Page, el guitarrista de Led Zeppelín, pero éste la abandonó por Lori Maddox, una fanática de 14 años. Luego se aferró a Keith Moon de Who y se casó con Michael des Barres de Silverhead.

Otra de culto es Cinthia Plaster Caster. Esta fanática tenía sólo una misión con los músicos: hacer moldes de yeso de penes erectos de las estrellas del rock. Comenzó su travesía artística en los 60′ y continúa hasta hoy, tiene 75 esculturas. Las más conocidas son de Jimi Hendrix; su bajista Noel Redding; Wayne Kramer, el guitarrista de MC5; Zal Yanovsky, de Lovin’ Spoonful y Jello Biafra, de los Dead Kennedys. Incluso Kiss le dedicó una canción.

Hay fanáticas para todos los gustos, unas más locas que otras, pero siempre con el mismo objetivo: vivir por y para sus ídolos.