Festival de Viña del Mar: La misma guerra de siempre

Estamos a pocos días de una nueva edición de este clásico del verano chileno. Y si bien este año tendremos una versión con nueva casa televisiva, nuevos conductores y hasta –finalmente- nuevo director de orquesta; todas las señales que se perciben en el ambiente indican que el espectáculo, una vez más, será muy similar a lo que vemos año tras año.

Ahora bien, vale la pena aclarar que cuando hablamos de espectáculo no nos referimos exclusivamente a lo que sucede noche tras noche en el escenario de la Quinta Vergara. Lugar donde –cambios más, cambios menos- siempre se trata de tener alguna novedad. Aunque sea, por último, renovando la escenografía y descontinuando a Dino Gordillo. Cosa que lamentablemente este año, no ocurrirá.

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Pero de lo que realmente queremos hablar aquí y que nos parece  –aparte de ultra repetido- aburridor a más no poder es toda la cobertura mediática que envuelve al festival. Porque más allá los cambios que antes les detallamos, el resto del asunto sigue más o menos igual. Es decir, el canal oficial de la transmisión (en esta oportunidad Chilevisión) se traslada con monos y petacas a Viña del Mar. Así, además de transmitir el show de cada noche, debe también informar sobre éste en cada uno de sus espacios de prensa y en sus espacios tradicionales como matinales, programas de farándula y juveniles. Y como si esto fuera poco, se lanza con un programa satélite al festival, a cargo de la interesante dupla conformada por Francisca García-Huidobro y la mexicana Yuri. Sí, la misma que ha venido en incontables ocasiones a este evento y que ahora estará del otro lado del escenario. ¿Y qué hará Chilevisión en todos estos programas y espacios? Básicamente, encontrar que todo está saliendo muy bien y que el actual festival se postula para ser “uno de los mejores de la historia”. Mal que mal, la caridad parte por casa.

En el lado opuesto, el resto de los canales también hará su propio desembarco en Viña del Mar y tratará de beber de esta misma teta. Aunque claro, con restricciones de acceso a lugares y artistas (o lo que sea), pero con libertad para encontrar el evento todo lo malo que se quiera. Porque al final ese es el juego que se juega durante estos días de verano en la televisión chilena. El que transmite gana con la versión oficial y el resto hace lo suyo aportillando. La historia es repetida, pero no por eso poco efectiva.

Y si usted es de esos ilusos que piensa que con un nuevo canal a cargo de este buque veraniego las cosas pueden cambiar, le recomiendo prenda el televisor y haga un poco de zapping. Todos están en la misma, casi listos para instalarse en Viña del Mar y aprestándose a disparar desde distintas trincheras. ¿No me cree? Sintonice Televisión Nacional cualquiera de estas noches, porque ellos ya empezaron el mambo, repitiendo por enésima vez rutinas de humoristas que pasaron por la Quinta Vergara mientras ellos estaban a cargo del asunto.

Tome asiento y disfrute. Es Viña, con lo mejor y peor de lo nuestro.