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Al final, la culpa es de Sole Onetto

¿Cuánto demorara en volver a la televisión?

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Pocas horas antes del terremoto del 27 de febrero de 2010, esta siermpre rubia periodista se lucía en la animación del tradicional Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Una tarea digna, qué duda cabe, pero muy alejada de lo que muchos definen como periodismo. O, al menos, ejercicio del periodismo propiamente tal. Claro, porque en un evento así hay luces, show, marketing, acuerdos y mucho más. Pero de búsqueda de la verdad y comunicación de hechos nada. Cero.

Y nada. Vino el terremoto, el tsunami, la destrucción y todo el drama correspondiente para tantos chilenos. Y la prensa comenzó a desplazarse hacia las zonas más afectadas. Así, a poco más de un día de la tragedia, Soledad Onetto nuevamente tenía un rol protagónico en la pantalla de Canal Trece. Pero ahora lo hacía lejos de los vestidos de diseñadores extranjeros y el pseudo glamour festivalero, en esta ocasión aparecía de verdad como periodista, haciendo un móvil desde el sur de Chile y con el ruido de los generadores eléctricos como música de fondo.

Para algunos, esta capacidad de Soledad Onetto para saltar del escenario de la Quinta Vergara hasta casi el epicentro de la tragedia es una muestra de su versatilidad como “comunicadora” (qué término más lamantable). Para otros, esto tendía a denotar cierta pobreza del medio en que ella trabaja, porque pareciera que no tienen abundancia de recursos humanos y, por lo mismo, muchos deben desdoblarse en sus funciones. Sin embargo, sabemos que ese no es el caso de Canal Trece.

Es cierto. Soledad Onetto hizo muchas cosas en televisión. Leyó noticias, condujo espacios de tecnología, fue parte de programas matinales, misceláneos y hasta docu realities. Todo esto, además del Festival de Viña. Y en términos gruesos, cumplió bien en cada una de sus funciones. Sin embargo, da la impresión que esta misma capacidad de moverse por aguas tan distintas dentro de la industria televisiva le jugó en contra, porque los ejecutivos de Canal Trece dijeron ahora, al momento de sacarla de Teletrece, que se había “desperfilado” como conductora de prensa tras su paso por la Quinta Vergara.

Toda esta amplia gama de funcionalidades de Soledad Onetto, más sus abultados honorarios, terminaron dejéndola fuera de pantalla. ¿Qué habría pasado si la rubia hubiera sido menos versátil en su paso por Canal Trece? Capaz que seguiría en la ahora estación de Andrónico Luksic. Pero claro, con hartos ceros menos en su cuenta corriente.

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