Nuevamente vemos una agresión entre una pareja. En Puerto Montt, un camarógrafo de un canal local captó las imágenes de un conocido acomodador de autos peleando con su mujer, como si la calle fuera un ring de boxeo; ella comenzó con algunas palmadas y el siguió con los golpes “Pero yo le pegué charchazos, no combos ni patadas,charchazos no más” declaró luego el agresor, quien además agregó estar en tratamiento para su comportamiento violento. Como si existieran grados para medir lo pésimo que es una relación violenta.
PUBLICIDAD
La mujer no hizo denuncia y aunque un taxista le avisó a carabineros, estos llegaron “tarde” al lugar de los hechos; cuando la pelea había terminado y cuales tortolitos, la pareja se abrazaba y se pedía perdón.
Se cuestionó el actuar de carabineros por la no detención del sujeto y estos a su vez cuestionaron al camarógrafo quien sólo llamó al 133 una vez que finalizó la pelea… ¿Pero qué iban a hacer los carabineros?¿Tomarlo detenido para que después la mina vaya a defenderlo?
Yo más bien cuestiono a la pareja en sí: el hombre no tiene porqué andar golpeando a su pareja y ESTA NO TIENE PORQUÉ AGUANTARLE. Además, valida su acto violento al comenzar a golpearle la cara. Inmediatamente me acordé de la mujer en Puente Alto que recientemente recibió una patada de su ebrio pololo porque ella lo había “obligado” a irse de una fiesta. Fue tan fuerte la patada, que hasta pasó a llevar al hijo de ambos.
Acá por suerte no había niños involucrados, pero igual la situación es bastante lamentable. Por eso no temo ser majadera y insistir, insistir e insistir sobre lo importante que es educar a los niños y niñas, fortalecer el autoestima y la resolución de los conflictos sin violencia. Quizá pasa un poco porque hay mujeres que temen quedarse solas, pero que no saben que si se quedan en una relación violenta, la soledad será inagotable.