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Odio los audífonos

Nos separan tanto

No sé si les conté, pero no uso audífonos en la calle. Me complican los cables, se me enredan con el pañuelo/bufanda/pelo, y temo por mi seguridad. Si voy escuchando música y me tocan la bocina, puedo no escucharla. Si dan una advertencia en el metro, puedo no darme cuenta. Si alguien me pide permiso, no lo escucho y me tiene que tocar para hacerlo. Además, tampoco soy loca por la música. Prefiero las historias de los demás.

Encuentro lindo y todo que la gente ame a sus grupos o cantantes y no quiera nunca separarse de ellos, tanto así que cuando se juntan con uno, ni siquiera apagan la música, a lo más se ponen los audífonos al cuello, pero siguen escuchando bajito.

Lo que no me gusta para nada es esa especie de alienación social que producen los audífonos. No todos, ciertamente, pero hay algunos que escuchan la música tan pero tan fuerte, que es uno el que –aunque no quiera- termina oyéndola. O aunque uno no la escuche, ellos están absolutamente aislados de lo que ocurre a su alrededor. Y no sólo eso, sino que lo más grave son los accidentes que se producen a diario por la abstracción de quienes los usan. Nicole, una joven de 15 años, murió atropellada; si hubiera estado sin audífonos, probablemente se hubiera salvado.

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Como no escuchan, si están parados en la puerta del metro y uno tiene que bajar, no puedes decir “permiso” en un tono normal. Lo dices por si acaso, no te oyen, debes decirlo más fuerte; eso también molesta a los otros pero qué diablos, te tienes que bajar. ¿Qué tienes que hacer entonces? Tocar a la persona, lo que le asusta y reduce su capacidad de reacción, se demora en moverse. Y como el metro está tan lleno, no siempre te pescan, porque muchas veces uno toca a otros sin querer.

Y al revés también es complicado. Cuando es uno el que quedó “más afuera”, no te dicen “permiso” porque no se escuchan entonces no hablan. Te tocan para pedir permiso. Lo mismo; uno se asusta, reacciona lento o no reacciona porque no cacha si lo tocaron a propósito o por accidente. Entonces, como  uno reacciona lento, te empujan.

Justamente hoy, había una persona con claras intenciones de bajarse. Yo estaba afirmada del pilar central; lo que hago, es que una vez que el tren se detiene, es sacar la mano del pilar para dar mayor movilidad a los otros. Hoy pretendía hacer lo mismo, pero la tipa de los audífonos no estaba dispuesta a esperar que el tren se detuviera, por lo que aplastó mi brazo – que no podía retirar del pilar, pues si lo hacía me caía- y no podía escucharme cuando le intenté decir “No se preocupe, le daré permiso una vez que el tren se detenga”.

Quizá no es un problema de audífonos, sino de conciencia por los demás. Pero al menos, si no usaran audífonos, podríamos escucharnos unos a otros; lo que sería un buen primer paso para mejorar como sociedad. Bueno, de todas maneras, es preferible que usen audífonos a que pongan en el celular el regetón con todo el volumen.

Y tú, ¿Usas audífonos?¿Crees que afecta a tu entorno?¿Te preocupas de lo que ocurre a tu alrededor?

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