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Esta es una de las razones por las que nuevamente me siento honrada de ser chilena. Hoy Nicanor Parra, el reconocido “antipoeta”, a sus 97 años fue galardonado con el premio Cervantes 2011, el premio más importante en la lengua castellana, que es entregado anualmente por el Ministerio de Cultura de España a destacados literatos de países de habla hispana.
Nicanor, estaba en su casa en Las Cruces (frente al mar) cuando supo la noticia y fue su nieto, Cristóbal Ugarte, el encargado de darle la noticia vía telefónica.
Siempre conocí a los Parra, no en persona pero sí su arte. La primera fue Violeta, con mi mamá cantábamos sus canciones y por ella me interesó aprender a tocar guitarra. Luego supe de NIcanor, pero gracias a un trabajo para el colegio. Así supe que él era el antipoeta, que era matemático, físico y un gran influyente en la literatura hispanoamericana.El primer escrito que leí fue “Mujeres” y desde ese momento me flechó su arte.
Hoy en su casa está pensando si viaja o no a España a recibir el premio en una ceremonia que se realizará en Alcalá de Henares el 23 de abril, el día del aniversario de muerte de Cervantes.
Hoy las redes sociales explotaron con la noticia y llegó a ser tema mundial. Sinceramente un orgullo.
Por otro lado, es un poeta muy especial, que tiene las palabras precisas y que calan hondo. No es de esos rebuscados y describe la sociedad tal como es. Tal como lo hizo en su trabajo “Mujeres” un escrito que habla de nosotras y de nuestras diversas personalidades. Aquí se los dejo.
Grande Nicanor, FELICIDADES.
La mujer imposible,
La mujer de dos metros de estatura,
La señora de mármol de Carrara
Que no fuma ni bebe,
La mujer que no quiere desnudarse
Por temor a quedar embarazada,
La vestal intocable
Que no quiere ser madre de familia,
La mujer que respira por la boca,
La mujer que camina
Virgen hacia la cámara nupcial
Pero que reacciona como hombre,
La que se desnudó por simpatía
(Porque le encanta la música clásica),
La pelirroja que se fue de bruces,
La que sólo se entrega por amor,
La doncella que mira con un ojo,
La que sólo se deja poseer
En el diván, al borde del abismo,
La que odia los órganos sexuales,
La que sólo se une con su perro,
La mujer que se hace la dormida
(El marido la alumbra con un fósforo),
La mujer que se entrega porque sí,
Porque la soledad, porque el olvido…
La que llegó doncella a la vejez,
La profesora miope,
La secretaria de gafas oscuras,
La señora pálida de lentes
(Ella no quiere nada con el falo),
Todas estas walkirias,
Todas estas matronas respetables
Con sus labios mayores y menores
Terminarán sacándome de quicio.
