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Aprendiendo a empatizar con él y con otros

No es “tratar a tu prójimo como te gustaría que te trataran”, puesto que tu prójimo puede tener gustos distintos a los tuyos… la clave es descubrir cuáles son.

La empatía (del vocablo griego antiguo εμπαθεια, formado εν, ‘en el interior de’, y πάθoς, ‘sufrimiento, lo que se sufre’), homologada con el concepto de inteligencia interpersonal, en la teoría de Howard Gardner, es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir. También es un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra. En palabras simples es “ponerse en el lugar del otro” o “ponerse en los zapatos del otro”. Para Freud “es una habilidad para imaginarse uno mismo en el lugar del otro y, mediante este proceder, entender sus ideas, sus acciones, sus deseos, sus sentimientos”.

Independiente de la definición, se ha visto que las personas “altamente efectivas”; que logran sus objetivos, tienen buenas relaciones interpersonales y una satisfactoria calidad de vida, tienen un buen manejo de esta habilidad. La empatía es un habito que se puede cultivar para mejorar nuestra calidad de vida.

No es “tratar a tu prójimo como te gustaría que te trataran”, puesto que tu prójimo puede tener gustos distintos a los tuyos… la clave es descubrir cuáles son.

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Ya llevamos bastante tiempo escuchando el concepto, y existen libros, talleres, capacitaciones en la empresa. Sabemos que es importante en los colegios, con nuestros hijos, amigos y parejas, pero ¿por qué?

En la ultima década, los neurocientíficos han identificado la décima sección o circuito de la empatía  en el cerebro. La biología evolucionista plantea que somos animales sociales, que hemos evolucionado naturalmente para cuidarnos entre nosotros (aunque también hagamos lo contrario) y la psicología señala que estamos preparados para la empatía por relaciones de apego tempranas. Pero no termina de desarrollarse en la niñez, ya que podemos nutrirla a lo largo de la vida y la podemos usar como una fuerza radical para la transformación social.

La investigación en sociología, psicología, neurología e historia, ha demostrado cómo podemos hacer de la empatía una actitud y parte de nuestras vidas diarias.

Aquí hay una lista de 5 hábitos de las “personas altamente empáticas” (PAE):

  1. Desafiar los prejuicios y descubrir cosas en común: Todos tenemos presunciones acerca de los otros y tendemos a generalizarlas, por ejemplo que los militares son homofóbicos o que las modelos son tontas. etc (para ver más ejemplos métete a Twitter) y estas ideas nos impiden apreciar las individualidades. Las PAE desafían sus propios preconceptos y prejuicios, buscando que cosas tienen en común con otros, más que qué los diferencia.
  2.  Hablar con extraños: Puede ser hablar con la persona que se te sienta al lado en el metro o la fila del banco, dejando fluir esa curiosidad y naturalidad que teníamos cuando niños. La curiosidad expande la empatía cuando hablamos con personas fuera de nuestro circulo social de siempre, entrando en vidas y visiones del mundo distintas.
  3.  Abrirte y escuchar: Desarrollar el arte de escuchar lo que es esencial y la habilidad de estar presente y atento a lo que realmente se está desplegando en la interacción con el otro. Es escuchar escuchando, que es distinto a escuchar pensando que voy a responder. Esto implica el ser capaces de poder ponernos en una posición de vulnerabilidad, sacándonos la máscara y revelando lo que sentimos: ingredientes fundamentales para crear un vínculo empático fuerte.
  4. Probar la vida de otro: Esto es lo que algunos llaman “empatía experiencial”. Es literalmente ponerte los zapatos del otro. Desde mi experiencia personal, les puedo decir que es de las cosas mas desafiantes (y potencialmente gratificantes) que he hecho. Una vez fui ciego por cinco días.
  5. Desarrolla una imaginación ambiciosa: Otra cualidad de las PAE , es que hacen más que empatizar con sus parejas, personas cercanas, con los marginados sociales o con los que sufren. Esto es absolutamente necesario pero no suficiente. También es necesario empatizar con personas con creencias contrarias o incluso (aunque suene muy a libro bonito de autoayuda seudo religioso) con nuestros “”enemigos””. Por ejemplo si eres activista contra el calentamiento global; tratar de ponerte en los zapatos de un empresario industrial, intentando entender sus ideas y motivaciones.
Ojo: una forma de ser efectivo en cambiar las actitudes de una persona, es partir desde la empatía o lo que se denomina “empatía instrumental”. El empatizar con el “adversario” también es un camino hacia la tolerancia social. Gandhi una vez declaro ser Musulman, Indu, Cristiano y Judio.
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