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La “Palmoterapia” [En los tacos de una Disautónoma]

Esta semana quiero hablar de como ayudar a sobrellevar uno de los aspectos sociales más recurrentes al contar que es la Disautonomía

Hay un libro llamado “Los 4 acuerdos” que en el proceso de fortalecer la idea de no tener más Disutonomía me ayudo mucho. Entre 1 de los 4 acuerdos para llegar a la felicidad, hay uno en particular, que creo que en el caso de las personas que padecen la Dis, les puede ser muy útil para lidiar con lo que alguna vez una chica escribió en uno de los comentarios y encontré que era muy preciso “La palmoterapia”.

La palmoterapia es esa cantidad de gente que te encuentras en cualquier lugar, incluyendo a la familia muchas veces, que al contarles de que trata la Dis, recibes comentarios de este tipo:

-“Pucha, que mala suerte la tuya”
-“Es que te alimentas tan mal, si eres tan debilucha”
-“¿Pero como va a ser tanto?…que pena!”
-“Uuuuuuuuuu yo conocí a una persona que se desmayó y se fracturó la mandibúla…tenís que cuidarte!”
-mmmmmmmmmm (cara de que no te creen) mmmmmmmmmm

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Gente que puede tener muy buenas intenciones, pero que no entienden el poder que pueden tener sus palabras, sobre todo si uno la está pasando mal, en medio de una crisis o en general con la Dis. Cuando viene de gente que uno quiere, que por ignorancia, aburrimiento, frustración de verte mal, sus palabras viene cargadas de SUS sentimientos y una que está inmersa en la situación, a veces suma mucha culpa por lo que generas a tu alrededor.

Aquí es cuando recuerdo uno de los puntos del libro: “NADA ES PERSONAL”
Les dejo este pequeño extracto del libro:

“Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te lo tomes personalmente. Utilizando un ejemplo, si te encuentro en la calle y te digo: “¡Eh, eres un estúpido!”, sin conocerte, no me refiero a ti, sino a mí.

Si te lo tomas personalmente, tal vez te creas que eres un estúpido. Quizá te digas a ti mismo: «¿Cómo lo sabe? ¿Acaso es clarividente, o es que todos pueden ver lo estúpido que soy?». Estás de acuerdo con cualquier cosa que te diga. Y así el veneno te recorre y te encuentras atrapado en el sueño del Infierno. El motivo de que estés atrapado es lo que llamamos “la importancia personal”.

La importancia personal o el tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor. Durante el periodo de nuestra educación (o de nuestra domesticación), aprendimos a tomarnos todas las cosas de forma personal. Creemos que somos responsables de todo. ¡Yo, yo, yo y siempre yo! Y nada de lo que los demás hacen es por ti. Lo hacen por ellos mismos.

Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente; los demás están en un mundo completamente distinto de aquel en que vive cada uno de nosotros. Cuando nos tomamos personalmente lo que alguien nos dice, suponemos que sabe lo que hay en nuestro mundo e intentamos imponérselo por encima del suyo. Incluso cuando una situación parece muy personal, por ejemplo cuando alguien te insulta directamente, eso no tiene nada que ver contigo. Lo que esa persona dice, lo que hace y las opiniones que expresa responden a los acuerdos que ha establecido en su propia mente. Su punto de vista surge de toda la programación que recibió durante su domesticación.

Si alguien te da su opinión y te dice: “¡Oye: estás muy gordo!”, no te lo tomes personalmente, porque la verdad es que se refiere a sus propios sentimientos, creencias y opiniones. Esa persona intentó enviarte su veneno y si te lo tomas personalmente, lo recoges y se convierte en tuyo. Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los magos negros. Les resulta fácil atraparte con una simple opinión, después te alimentan con el veneno que quieren, y como te lo tomas personalmente, te lo tragas sin rechistar…”

Por eso es que cuando buscamos comprensión en el resto y no la encontramos, nos deprime tanto. Es super comprensible y obvio querer ser comprendidas, pero debemos mirar con cuidado de quién estamos esperando esa comprensión, no le podemos dar el poder a cualquiera, que sus palabras tengan un efecto negativo y después estas personas se van, siguen su vida y ahí quedamos nosotras afectadas por alguien que dijo algo sin consideración con nosotras o nuestra situación.

Insisto, estoy segura que esta gente, que abundan, tienen buenas intenciones, y sí, también están las que no, sobre todo en los ambientes laborales, donde es más fácil tildarte de perezosa que tratar de entenderte, pero está en nuestro poder a quién le ponemos oreja, atención y hasta le encontramos razón.

Muchas veces es súper sutil, pero solo uno sabe donde le aprieta el zapato y como de verdad le das la pelea todo los días a la Dis.

Vuélquense a si mismas, no como un acto de ostracismo, si no como un cariño hacía uds., fortaleciéndose y queriéndose. Crean que pueden mejorar y a veces para lograrlo, hay que abandonar tanto ruido externo. Confíen en su intuición, por que esa loquilla, re pocas veces se equivoca :)!

¡Cariños llenos de buena salud!

Pauli

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