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Musas, Laura del Castillo, el ángel de la guarda de Armando Manzanero

Todo comenzó como un encuentro casual, pero finalmente ella se convirtió en la inspiración para escribir cinco de los boleros más importantes de la música mexicana.

Este artículo lo quiero empezar a un ritmo de bolero muy romántico que dice así:

“Adoro la calle en que nos vimos, la noche cuando nos conocimos. Adoro las cosas que me dices,nuestros ratos felices los adoro, vida mia…..Y me muero por tenerte junto a mi, cerca de mi, muy cerca de mi,no separarme de ti…” 

Sólo un hombre muy enamorado podría escribir tan hermosas palabras como estas y así fue, justo en el momento en el que Armando Manzanero estaba más enamorado de Laura del Castillo, decidió tomarla como musa de sus canciones más románticas.

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El encuentro 

Se conocieron en los años 50’s en un bar de Mérida, Yucatán,  él tocaba el piano y ella cantaba. Ella intentó ser famosa pero no lo logró. Sin embargo destaron una enorme pasión, ella se volvió en una completa inspiración,  tanto,  que hasta en un avión Armando tomó una bolsa de cartón para vómito y comenzó a escribir una de las mejores canciones populares mexicanas, Adoro, con la cual inicio este artículo.

Armando es un hombre originario de Yucatán, muy sencillo, chaparrito, simpático, pero siempre muy reservado, pocas veces platica que fue gracias a esa mujer que le llegó la inspiración para crear cinco obras maestras, fundamentales en la historia de la música popular mexicana.

El Ángel de la Guarda

Recientemente el cantautor publicó un libro al que llama La Última Canción, en el cual dedica un capitulo especial titulado Mi ángel de la guarda a la mismísima Laura del Castillo, la cual fue una mujer completamente enamorada que creyó en el talento del autor e impulsó a explotar sus aptitudes.

Siempre la llamó “mi bella” por el efecto que provocaba en él cuando estaban juntos o cuando la escuchaba cantar y sobre ella decía “ella lo era todo. Llenaba el escenario como nadie. Medía 1.70 metros de estatura, esbelta, hermosa, sensual, de voz ilimitada para el canto y que, además, hablaba suave y se reía con dulzura”

Ambos eran amantes de Los Hermanos Castro, compartían el Volkswagen en el que Armando viajaba, ella lo enseñó a vestir y él se enamoró perdidamente a patir de esto compuso la canción Contigo aprendí, luego de un largo tiempo de conocerla.

 “Contigo aprendí. Que existen nuevas y mejores emociones. Contigo aprendí. A conocer un mundo lleno de ilusiones” 

En la década de los 60, después de su primera noche en la que no la acompañó al piano, le vino Mía a la mente.

“Mía, aunque tu vayas por otro camino y que jamás nos ayude el destino nunca te olvides sigue siendo mía, aunque con otros contemples la noche y de alegria hagas un derroche, nunca te olvides sigues siendo mía…mía” 

Luego, cuando el tiempo había pasado y Manzanero seguía tocando en el lugar donde lo hacía con ella, en el que hasta los meseros la recordaban con cariño, le compuso Te extraño, luego de recibir una llamada telefónica de su amada.

“Te extraño como se extrañan las noches sin estrellas, como se extrañan las mañanas bellas no estar contigo por Dios que me hace daño” 

“Me acosté tarde ese día y me levanté temprano al siguiente con la nostalgia aún encendida de la noche anterior. Volví a mi café y a mi piano, a mi disciplina de ejercitar los dedos y de intentar una nueva canción. Ahí seguía ella… la sentía… y casi me la dictó al oído”

Después llegó Esta tarde vi llover cuando, literalmente, estaba viendo llover y pensando en ella.

 “Ya no se cuanto me quieres, si me extraas o me engañas. Solo sé que vi llover, vi gente correr y no estabas tú…”

Pasaron los años y él no supo nada de ella, hasta que le tocó enfrentar una demanda por plagio de una canción, ya que un compositor, se atribuía la autoría de Adoro. En pleno juicio, Laura se presentó en los tribunales sin ser invitada y fue testigo determinante para absolver a Armando, sus palabras fueron contundentes:

“El señor Manzanero fue mi pianista y luego de trabajar en el norte, durante el vuelo de regreso al DF, escribió la canción en una bolsa que se usa para vomitarse”, dijo ante el juez, quien le pidió que leyera algunos versos.

Ella desdobló la bolsa que guardó por años y recitó las primeras estrofas de la canción… Manzanero nunca volvió a saber de Laura sin embargo le sigue siempre agradecido por ser…su ángel de la guarda.

Fuente: Basta, Terra

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