Así es, a muchas personas (sobre todo hombres) no les importó en lo absoluto el premio que Bartoli había ganado con su esfuerzo y talento tenístico, las miradas iban más allá de ese trofeo que ella sostenía en sus manos, un poco más hacia la derecha: a la chica del segundo lugar; alta, atractiva, rubia.
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Por lo mismo Bartoli en lugar de recibir felicitaciones, recibió críticas por no parecerse a ella o a las demás “chicas Wimbledon.”
Las redes sociales se volcaron entonces en un montón de mensajes sin sentido como: “Una chica como Marion Bartoli no merecía ganar, es demasiado fea.” Veamos algunos ejemplos de hasta dónde puede llegar a ser terrible la gente (por no decir otra cosa):
Por otro lado, afortunadamente y para ejemplo hacia muchas otras chicas, cuando a Bartoli se le dijo en entrevista de la BBC que ella “nunca sería de buen ver” (SÍ, comentario recibido de la BBC) ella respondió:
“No importa, la verdad. No soy rubia. Eso es un hecho. ¿He soñado con ser modelo de contrato? No. Lo siento. ¿Pero he soñado con ganar Wimbledon? Absolutamente, sí.”
Aplaudo de pie la respuesta de Marion, pero de verdad estoy molesta. ¿Qué le sucede a la gente?, ¿qué refleja todo esto? Ahora entiendo por qué hay tantas niñas que sufren enfermedades que no deberían existir más como la bulimia y la anorexia. Que se sienten acomplejadas por su altura. Aunque bien es cierto no deberían hacer caso al juicio sin razón de los demás y muchas con la suficiente autoestima así lo hacen, otras no y a ellas sí les afecta llevándolas hasta la muerte.
Felicidades Marion por ese premio, pero sobre todo por callar la boca de muchas personas con tu seguridad y talento.
Foto: wikimedia.org
Fuente: publicshaming.tumblr.com