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Claves para ser feliz: ser gay, no tener hijos, beber té

Estudio revela que las parejas homosexuales son más felices, y que los actos dicen más que las palabras.

¿Qué se necesita para una relación feliz? La respuesta se antoja imposible. Sin embargo, las relaciones de pareja entre gays suelen ser más felices que las de los heterosexuales. O por lo menos eso plantea un estudio reciente de la Open University.

Se menciona también que muchos gays evitan besarse o tomarse de las manos en público, pues temen la desaprobación social, que sigue estando a la orden del día, qué lamentable.

La investigación destaca que las parejas sin hijos tienden a ser más felices: las mujeres que son madres son las que menos satisfechas se sienten con su relación de pareja. Me suena lógico.

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El estudio se llevó a cabo con 5 mil personas: parejas modernas a las que se les dio seguimiento durante cierto tiempo, para averiguar cómo sortean las dificultades en sus relaciones y en sus vidas.

Se llegó a la conclusión de que los actos sencillos como preparar té y llevarlo a la cama para beberlo en pareja, resultan mucho más significativos en términos de una intimidad compartida, que otros gestos, como decir constantemente “te amo”.

Es cierto que la felicidad es relativa, pero las parejas homosexuales encuestadas lo pasan bastante mejor:

Los participantes LGBQ (lesbianas, gays, bisexuales, queer) se muestran más positivos y más felices con respecto a la calidad de su relación. En cambio, en el grupo integrado por padres heterosexuales es menos común el estar ahí para el otro, el compartir tiempo e intereses, e incluso decir ‘te amo’ o sostener conversaciones abiertas y profundas.

También se menciona:

Los límites entre lo público y lo privado siguen en pugna. Muchas parejas LGBQ, especialmente las más jóvenes, dicen que no se tomarían de las manos en público por miedo a la represión.

Claves para una relación feliz

En resumen, son más felices las parejas homosexuales, sin hijos y practicantes de pequeños rituales cotidianos (“los actos significan más que las palabras”). Así, los encuestados mencionaron 5 formas en que sus parejas enriquecen la relación:

  1. “Me dice ‘gracias’ y está al pendiente de mis logros.”
  2. “Tiene detalles y gestos cariñosos conmigo.” Una taza de té en la cama es particularmente apreciada entre las mamás.
  3. “Habla conmigo y me escucha.”
  4. El afecto físico, los abrazos, los masajes de pies aparecieron como una constante.
  5. “Comparte conmigo el cuidado de la casa y/o de los hijos.”

Me encantan los resultados de la encuesta. Por viarias razones, una en particular: pienso en el caso de los padres que, ante la homosexualidad de sus hijos, se angustian, se preocupan y argumentan que las parejas homosexuales “sufren mucho”, que el ambiente “es inestable”, que el camino está lleno de tormentos y censura.

Lo de la censura es cierto, pero la investigación comprueba que es común encontrarse con parejas homosexuales sólidas y satisfechas. Claro que no podemos comparar los resultados de un estudio realizado en el Reino Unido con la realidad de México y Latinoamérica. Lo mismo, aunque a menor escala, sucede con las parejas sin hijos: algunos las siguen considerando incompletas. Pero la perspectiva tiene que cambiar poco a poco.

Hablar de felicidad no es fácil, habría que comenzar por definir ese concepto, y quién sabe si se pueda. Pero en este caso los números indican, por lo menos, que las relaciones de pareja se construyen de diferentes maneras, con buenos resultados. Lo celebro.

Fuente: The Independent

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