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Los Tres o el relativismo “shúper loco”

“Unos cuantos Piquetitos” es un cuadro de la Kalho que definitivamente no estudiaron y ni siquiera vieron la crema cultural del progresismo chileno.

En Chile estamos viviendo la relatividad moral absoluta. Y como no. Es obvio que con un entramado social atomizado, las junturas solo llegan de la mano de la moda y el estilo proporcionado por el mercado. O sea más que junturas, son separaciones que tienen como hilo conductor la “época” que a su vez también es construida por los hábitos de consumo.

En gustos no hay nada escrito, y con esa chance se generan las más vastas expresiones subculturales que enmascaradas en el aparataje artificioso de la estética, son capaces de justificar cualquier cosa.

Cuando el arrojo se vuelve insolencia por evidente falta de creatividad el “arte y la cultura” por ejemplo, hoy puede ser sin ningún problema el video que Boris Quercia le hizo a Los Tres, para su single “Hey, Hey, Hey” apelando a una supuesta crítica al machismo, lejana a “Corazones Rojos” de Los Prisioneros, e incluso al “Yo la quería” de Electrodomésticos, por contener una lírica marcadamente misógina que ampara y justifica el asesinato, como en un tango del siglo XIX. Visualmente se mofa de la tragedia al hacer bailar a la mujer machacada y momificada viva en una escena burda e innecesaria en donde el femicidio queda reducido a una caricatura. Por si fuera poco, muestra al mundo lésbico como el exponente de la belleza occidental ideal, creando un cuadro plástico discriminador y completamente alejado de la realidad, con el fin de erotizar a los machos.

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Uno esperaría que la elite educada se preocupara, cuando van a polemizar con una de sus “obras”, de investigar. Si bien se entiende que este es un producto pop, llama la atención la falta de profundidad y el efectismo en un tema tan álgido como el femicidio, considerando además, que estos “artistas” son activos simpatizantes del gobierno de los mayoristas enmascarados en un rostro de mujer.

Se esperaría el gesto de una curatoría mínima, ya que lo pusieron tan de moda en el aparataje estatal de la cultura concertacionista y que por ejemplo hayan buscado referencia en Frida Kahlo y su cuadro “Unos Cuantos Piquetitos”.

Una vergüenza ver la decadencia en la que se cae por la falta de creatividad que muestra también la decadencia política de estos proyectos y la urgencia de un cambio cultural que se construya desde la experiencia de los pueblos, alejados de los bares de moda de Lastarria y Providencia.

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