Gabriel Boric y su criticado “estilo casual”

Por estos días se ha desatado una polémica que llamó mucho mi atención. Hay una extensa cantidad de artículos y notas publicadas sobre la ropa que eligió Gabriel Boric, diputado por la Izquierda Autónoma, en la ceremonia de nombramiento a su cargo.

El joven representante de la cámara se presentó en el Congreso con un vestuario casual, a diferencia del resto de los parlamentarios que asistieron como es de costumbre con traje negro, camisa blanca y corbata.

A tal punto llego la polémica que Ignacio Urrutia -diputado UDI- se dio el tiempo hoy para tomar la palabra en la cámara y criticar el hecho. “Es necesario hacer hincapié en la vestimenta. Así lo dice el reglamento y a nosotros nos gustaría andar con la camisa arremangada, pero no se puede”, comentó el parlamentario.

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Ahora la pregunta es, ¿de qué sirve tanto protocolo, críticas y comentarios? Cuántas veces hemos visto a los diputados gritándose improperios y hasta dándose de golpes en el Congreso, cuántas veces nos hemos enterado de las constantes inasistencias a las reuniones de estos mismos. Ante este escenario, ¿qué importa cómo vaya vestido un diputado si no es capaz de representar a la sociedad?

Claro que existen la etiqueta y el protocolo, que a mi parecer es una “sugerencia” -al menos si no está establecido como norma en un documento- y no una obligación. Creo que la obligación más bien es responder a las problemáticas sociales a la que cada diputado debe dedicarle tiempo, proponer y desarrollar soluciones. El resto son nimiedades. Las mismas nimiedades de las que ya se han preocupado por mucho tiempo varios de estos congresistas que no son capaces de ver cómo el mundo está cambiando y, por qué no decirlo, es muy probable que con ese mismo sesgo establezcan sus votaciones.

Un claro ejemplo de que hay temas realmente relevantes a los que dedicarles la preocupación es el presidente de Uruguay, Pepe Mujica, quien no ha sido visto con corbata en ningún acto político y sin embargo, su país presenta la menor tasa de desempleo de su historia -6,3% durante este año- y la mayor de empleo -60%-, entre otros logros. Con estas cifras qué nos importa si usa traje o no.

No necesitamos trajes de diseñador en el Congreso chileno, necesitamos soluciones.