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Te quiero, pero sólo como colega

¿Cómo marcar los límites con tus colegas de trabajo cuando mandarlos a freír espárragos no es la opción? La Friend Zone versión oficinil puede no ser tan sencilla de manejar.

Ah, la Friend Zone… esa inhóspita tierra entre el altar y el reino donde se fríen espárragos (en México le decimos La Fregada). ¿Pero qué pasa cuando esa persona a quien le gustas un poquito más de lo que te gusta a ti trabaja contigo?

Ya hemos hablado de los peligros de tener sexo con alguien de la oficina, pero esto sólo pasa cuando los dos le entran al juego. Lo inconveniente es cuando ese chico que te topas a cada rato en juntas busca después el momento para estar a solas contigo e insinuarse. Qué incómodo. Y esto puede pasarte dentro de una empresa pero también con un cliente o alguien que te contrata como freelance. Qué lata.

Entonces, ¿qué hacer en estos casos? Si crees que no puedes ser simplemente franca, hay algunas opciones:

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Ni modo, a veces es necesario. Puedes hacer como que no te das cuenta de que te está pretendiendo a ver quién se cansa primero. Lo malo es que nos gustan las cosas prohibidas así que si te haces del rogar y se lo toma como un reto, no se le va a olvidar tan rápido.

El pretexto de la ética profesional

Si de plano te lo dice de frente, pues: “no eres tú, es la regla de la empresa que dice, mira, que no se puede y pues no podemos arriesgar nuestros trabajos, ¿ves? No es adecuado y aparte me dijeron por ahí que te iban a dar un ascenso, ¿será verdad?”. Jaja, si te la cree de todos modos no valía la pena hacerle caso.

Usa el vocabulario más profesional que puedas

Después de una junta, si te dice que quiere hablar un detalle que dijiste, dile que “claro, mándame un mail”; si se te sienta a comer sácale plática estrictamente sobre el trabajo, y si lo cambia vuelve y vuelve a eso. “¿Qué tenemos en la agenda hoy?” hasta que comprenda el mensaje: “Sí, eres un minion, bienvenido al colleague zone, tenemos galletas”.

Si todo esto falla replantéate ser sincera y decirle que gracias pero no gracias. Si lo que temes son represalias coméntale la situación a tu superior, o al suyo, para que quede como antecedente en caso de que intente desquitarse o actúe con despecho. Ni modo, así la ley de la jungla laboral. Solamente que ni se te ocurra utilizar tu sex appeal para obtener privilegios en el trabajo porque se te puede voltear y más pronto de lo que te imaginas.

 

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