Moda y Belleza

Vestido en impresión 3D para producir en casa

Una pieza de diseñador que puedes imprimir y personalizar sin salir de casa. La impresión 3D y la moda parecen tener un futuro prometedor.

La impresión 3D tiene un montón de aplicaciones: todo depende de la creatividad, a veces del ocio. Esta tecnología se ha implementado para construir casas en Ámsterdam, para confeccionarle a Barbie armaduras de soldado medieval, para crear vestidos extravagantes que hemos podido ver en diferentes pasarelas del mundo. Ahora también es posible producir y personalizar vestidos impresos en 3D, desde la comodidad de nuestra casa.

La aportación se debe al estudio de Francis Bitoni, un diseñador establecido en Brooklyn. De hecho, él fue quien le hizo a Dita Von Teese aquel vestido negro impreso en 3D, tal vez el primero del que hayamos tenido noticia. Esta vez Bitoni crea el Bristle Dress, un diseño diferente al anterior, compuesto por dos piezas, en color blanco, más inspirado en su estética personal:

Él diseñador explica su propuesta:

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Con este vestido, quisimos que el cuerpo femenino cobrara un aspecto más sólido, partiendo desde la atmósfera hacia el hielo. Le colocamos una especie de forro de pieles para facilitar la transición. La falda puede asegurarse a la costura trasera mediante un seguro, un gancho o un cierre.  Estamos comenzando a pensar mucho en las interfaces del diseño y a cuestionarnos qué tanto le apuesta el público a este tipo de diseño.

El modelo fue ideado de tal manera que podamos fácilmente imprimirlo, incluso personalizarlo en cuanto a medidas y tallas, mediante una impresora 3D MakerBot. En caso de que ya la tuviéramos y quisiéramos el Bristle Dress, sólo tendríamos que ir a Thingiverse, el sitio en que se alojan los archivos, y descargar los “patrones” para el vestido.

Eso y tener paciencia, porque el top del Bristle Dress se lleva unas 160 horas de impresión, mientras que la falda necesita unas 135. Es decir que en total se requieren más de 290 horas (el equivalente a 12 días).

Más allá de si nos gusta o no el diseño, es sorprendente que podamos imprimir un vestido en casa. Claro que es un montón de tiempo, pero también estamos ante una técnica que apenas comienza a perfeccionarse.

No cualquiera tiene una impresora 3D en casa. Sin embargo, esta tecnología se expande poco a poco. No sé qué tan atractiva suene la idea para la mayoría, pero a mí me emociona la posibilidad de poder imprimir las creaciones de un diseñador sin tener que dejar mi habitación.

Este vestido no es una prenda para ponerse todos los días. Ni siquiera sé si me gusta del todo. Qué más da. Lo interesante aquí es que las colaboraciones entre la moda y la impresión 3D apenas comienzan. ¿Se imaginan todo lo que podremos ver en el futuro?

Fuente: Design Milk

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