Moda y Belleza

Lo que The Devil Wears Prada me enseñó en la vida

Una película que nos enseñó muchísimo y que cada vez le aprendemos más.

The Devil Wears Prada fue, en su momento, una promesa para ver a grandiosos atuendos y la imperdible oportunidad de ver a Anne Hathaway frente a la gran Meryl Streep siendo una jefa, (¿Cómo lo ponemos delicadamente?), difícil, por la promesa de conseguir un trabajo en cualquier otra revista que no fuera una de moda. Sonaba sencillo, ¿No? Déjenme refrescarles la memoria:

Una de las cosas que más me sorprendió de The Devil wears Prada fue la cantidad de lecciones más profundas que tenía un “chick-flick” sobre la vida, como le pasó a Andy Sachs, hubo muchas cosas que esta película me enseñó sobre la vida.

1. Tu educación no te hace mejor que nadie

Dicen por ahí que es un síndrome común entre los recién graduados de grandes universidades de renombre. Sin importar dónde estudiaste, o que tan buenas calificaciones obtuviste, aún tienes mucho por aprender. A Andy le sucedieron varias cosas: en primer lugar que como creía que el mundo de la moda era alguien superficial, de alguna manera se sentía más inteligente y mejor que los que trabajaban a su lado. Pero cae a la realidad de manera muy dura cuando Miranda la expone ante todos:

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Estas… cosas? Oh. Okay. Ya veo. Crees que esto no tiene nada que ver contigo. Vas a tu clóset y seleccionas, no sé… ese suéter azul, porque estás tratando de decirle al mundo que te tomas demasiado en serio como para que te importe lo que te pones. Pero lo que no sabes es que ese suéter no es sólo azul, no es turquesa. Tampoco es lapis. Es, de hecho, cerúleo. Y también desconoces totalmente el hecho de que en 2002, Oscar de la Renta hizo una colección de vestidos en ese color. Y entonces creo que fue Yves Saint Laurent… o no, quien hizo chamarras militares cerúleas? Creo que necesitamos una chaqueta aquí. Y entonces el cerúleo rápidamente apareció en las colecciones de 8 diseñadores diferentes. Y entonces, se filtró hacia las tiendas departamentales y cayó en una esquina casual donde tú, sin duda, lo cachaste en alguna oferta. Sin embargo, ese azul representa millones de dólares y muchísimos trabajos y es un poco cómico cómo piensas que has hecho una decisión que te exenta de la industria de la moda cuando, de hecho, estas usando un suéter que fue elegido para ti por la gente en esta sala de una montaña de “cosas”.

Puede que no tengas el trabajo de tus sueños, puede que ni siquiera te interese tanto, sin embargo, siempre hay algo que aprender y cosas en las que mejorar y el lugar donde estudiaste de cierta forma ha quedado atrás. Ahora estás en otro contexto, así que adáptate.

El trabajo “soñado” no siempre es para ti

Muchas veces en la película se menciona que ese es “el trabajo de los sueños de muchas chicas” y que muchas matarían por tenerlo. Sin embargo, eso no quiere decir que sea para ti. Lo que es más, y como lo dice Nigel, si no te gusta vete.

Quejarse no soluciona nada

Siguiendo el punto anterior, cuando Andy se queja del trabajo, Nigel la regaña. Cualquier otra chica podría tomar su trabajo en 5 minutos. No es indispensable.

No estás tratando, te estás quejando. ¿Qué es lo que quieres que te diga eh? “Pobre de ti, Miranda te molesta. Pobre de ti, pobre Andy?” Despierta, seis, ella sólo hace su trabajo.

Muchas veces amamos quejarnos, pero eso sólo aleja a las personas de alrededor porque nos perciben como negativas que devoran la energía de otros. Quejarse no soluciona nada y si en verdad no te gusta tu trabajo, deja de quejarte y vete o intenta las cosas de verdad.

Necesitas un equilibrio

Cuando Andy empieza a hacer un buen trabajo y a esforzarse, su vida personal comienza a desmoronarse por la cantidad de horas, compromisos cancelados, y exigencias de un trabajo que, por cierto, ni siquiera le paga suficientemente bien. Muchos trabajos requieren sacrificios, sí, pero es difícil que los que nos rodean los acepten si ven que cambiamos por ellos, y al mismo tiempo nos quejamos todo el tiempo de lo que hacemos. No creo que sea insensato poner un límite y mediar entre lo que hacemos y nuestra vida.

La industria de la moda es más que sólo imagen

Quizás muchos, como Andy, cuando vimos la película pensábamos exactamente eso: la gente que está demasiado involucrada con la moda es superficial. Pero vestirse bien va mucho más allá de sorprender a los demás, afecta tu estado de ánimo, te da más confianza, te hace sentir increíble. Más allá de eso, es parte del arte de cada época. Como dice Nigel:

¿No sabes que estás trabajando en el lugar que ha publicado a los más grandes artistas del siglo? Halston, Lagerfeld, de la Renta. Y lo que hicieron, lo que crearon, fue más grande que el arte porque vives tu vida en él…. No tienes idea sobre las leyendas que han caminado en estos pasillos. Y lo que es peor, no te importa. Porque este lugar donde tantas personas mueren por trabajar, tu te conformas con trabajar. Y lo que quieres saber es porqué ella no te besa en la frente y te da una estrellita dorada en tu tarea al final del día. Despierta, cariño.

Ningún esfuerzo es en vano

Aunque sea en algo que no te guste, eso no quiere decir que no haya muchas cosas que aprender o que aplicar en otras áreas de tu vida. Para Andy, hacer un buen trabajo con Miranda e imponerse ante ella al final, le ganó el trabajo que de verdad soñaba. También aprendió a combinar ropa y lo bien que se podía sentir haciéndolo. Al final, decidió seguir siendo la vieja Andy, pero aprendió a esforzarse, a hacer sacrificios y, sobre todo, que hay que poner un límite que no estemos dispuestos a pasar.

Podría continuar, pero sería un post interminable. Ustedes, ¿Qué aprendieron de The Devil wears Prada?

Es todo.

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