Ya saben lo que se dice: los viajes son la escuela de la vida. Porque viajar es mucho más que pasarlo bien, descansar o divertirse: tiene que ver con cobrar nuevas perspectivas, con experimentar. Eso nos vuelve mejores personas y hasta puede aplicarse a la vida profesional.
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A continuación, 10 lecciones que obtienes cuando viajas, y que pueden ser útiles para tu carrera.
Enfrentarse a lo desconocido
Igual que la vida, los viajes están llenos de sorpresas. Puedes planearlos, pero nada te asegura que salgan tal y como los habías imaginado. Eso es peligroso, difícil, pero también emocionante.
Algo similar pasa con una carrera: a veces hay que tomar decisiones inesperadas o solucionar problemas sacados de la manga de un dios ocioso e incierto.
Ver más allá de tu nariz
A veces los viajes representan ciertas incomodidades, pero vaya que la recompensa vale la pena. Salir de la comodidad puede traducirse en ver el panorama con mayor lucidez, entenderlo de otra forma. ¿Qué opinas de adoptar esa misma capacidad en tu carrera?
Perderse y encontrarse
Tu viaje no está completo si no perdiste la ruta en algún momento. Buscar, encontrar y volver a perderse un poco es parte de la diversión, porque una termina haciendo cosas que jamás habría imaginado, que se vuelven memorables.
A veces, cuando siento que estoy un poco perdida en el plano profesional, pienso en mi carrera como en un viaje y me digo: esto no estaba en el itinerario, pero más me vale que valga la pena. Y hago lo posible porque así sea, antes de buscar el camino de regreso.
Amabilidad ante todo
No importa cómo sea el temperamento en general de los habitantes de la ciudad que visito: procuro ser amable. Algunas veces con más éxito que otras, mantengo esa intención en mente.
Por eso, se me ocurre, no estaría mal tratar a la gente nefasta que me encuentro a veces en el camino profesional, como si se tratara de los habitantes de una ciudad nueva. Nada fácil, pero todo sea en nombre de la honrosa amabilidad, que siempre defiendo a capa y espada.
Entender un poco al otro
Después de permanecer algunos días en otra ciudad u otro país, una comienza a detectar algunas cosas en las que a veces ni siquiera había pensado. Porque cada experiencia ayuda a entender un poco más cómo se vive en tal o cual lugar. Imposible juzgar en ese papel de viajera.
¿No se podrá trasladar esa misma empatía al plano profesional? Aunque se trata de situaciones distintas, tal vez valga la pena encontrar un punto de encuentro entre ambas. Tratar de entender al otro resolvería muchos problemas.