Quizá piensen que esto es exagerado, cursi o ingenuo… o las tres cosas. Esto no tiene nada que ver con la cursilería, ni cuestión de género, solo es lo que pasa cuando intentas abrir tu corazón a alguien, a algo, a la vida o solo contigo.
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Hoy, una persona tocó mi corazón, porque por fin pudo poner en letras lo que tanto trabajo me ha costado. Es un gran colega que escribe puras cosas lindas, y pudo entender perfecto esta ambición extraña del amor que muchos tenemos.
Todos los días hay alguien rechazando el amor, pero esto me hizo sonreír y pensar: esto es justo lo que quiero, porque justo así es la persona en la que me quiero convertir.
Hasta ahora entiendo lo que está sucediendo en esta etapa, y es que la vida me está dando la enorme oportunidad de ser esa persona. Diario compruebo que el verdadero sentido de mi vida es, y será siempre, el que me lleve con y hacia el amor.
Gracias a quien sea que escribió esto, por reafirmarme esas ganas enormes de amar y sentirme amada.
Quiero un amor inmenso, absurdamente grande. De esos que te hacen sentir que se te desborda por todos lados. De esos que te hacen sentir un idiota a la mitad del día, cuando te descubres sonriendo sin razón y la gente te mira con cara de “pinche loco, ¿qué no se da cuenta de lo jodido que está todo?”
Es una belleza…