5 pensamientos que te impiden ser feliz

Hace unos días, fui a tomarme un café con una amiga muy querida. Había mucho que conversar y varias novedades por contar, pero de un momento a otro, una pregunta me tomó totalmente desprevenida. ¿Eres feliz?

“Sí, supongo que sí”. Por alguna razón, la respuesta que di a la pregunta de mi amiga sobre la felicidad quedó dando vueltas en mi cabeza. De pronto, comencé a pensar en lo inverso, en todas las cosas que realmente no me permiten ser feliz al 100%.

¿Somos felices? ¿Qué es la felicidad realmente? Mi amiga, muy sabia por lo demás, me dijo que para ella, la felicidad no es tener dinero, pareja, hijos o una casa bonita. Simplemente, ser feliz para ella es disfrutar cada momento que la vida le ofrece, como si fuera el último.

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Sí, ya hemos escuchado muchísimas veces que esa es una vía segura a la felicidad, pero aunque lo sabemos, por lo general no lo ponemos en práctica.

Todo cambio implica un esfuerzo; ya no estamos contentas en nuestro trabajo y renunciamos, la relación que tenemos ya no funciona así que decidimos terminarla, el ambiente en casa es insoportable y nos vamos a vivir solas.

Los cambios duelen, y lejos lo más difícil que podemos hacer es cambiar nuestro pensamiento. Lo que decimos a nosotros mismos define la forma en que nos enfrentaremos al mundo, y cambiar esos mensajes internos nos permitirá acercarnos a esa felicidad que todos buscamos.

1. Es muy difícil ser feliz

Podemos pensar que sólo los maestros de la meditación o el Dalai Lama tienen que la clave para la felicidad plena. La felicidad depende de nosotros mismos, y no de lo que tengamos o de lo inteligentes que seamos.

La verdadera inteligencia tiene que ver con la capacidad que tenemos de enfocarnos en el aquí y ahora, y todos tenemos esta capacidad en nuestro interior.

2. Los demás me hacen sentir mal

Es muy fácil culpar a los demás por lo que sentimos, así no nos hacemos cargo de nosotros mismos y dejamos la responsabilidad de nuestra felicidad a los demás. Tú tienes la capacidad de controlar tus pensamientos, y por consiguiente, las emociones que esos pensamientos generan en ti.

En vez de pensar que una persona nos ofendió con lo que nos dijo, hay que analizar qué nos decimos a nosotros mismos al escuchar estas palabras. Tal como tenemos la capacidad de controlar nuestros pensamientos, podemos elegir cómo nos sentiremos ante cualquier comentario o situación externa.

3. Si me quejo, las personas me escucharán

Si tu deporte favorito es quejarte, y piensas que con eso llamarás la atención de los demás, estás en el camino equivocado. Puede que hablar de lo desgraciado que eres produzca empatía en los demás, pero esto pasa.

Las personas no quieren escuchar siempre tus problemas y al quejarte, lo único que lograrás será quedarte pegado en la infelicidad. Al dejar de fijarte en las cosas malas que te ocurren, verás que no son tan malas en realidad y que depende de ti cambiar la mentalidad negativa que tienes.

4. Prefiero quedarme donde estoy, así estoy más seguro

Con esto, no me refiero sólo a quedarse en un lugar físico, sino que a la inmovilidad mental. Hay cosas que nos inmovilizan y esos son, justamente, los indicadores de las emociones negativas que hay en tu vida.

Al no hacer algo que queremos hacer, nos decimos cosas malas a nosotros mismos y nuestra autoestima queda por el suelo. Enfrentarnos a las cosas que nos inmovilizan, aunque sea difícil, nos ayudará a ser libres y más felices.

5. Necesito la aprobación de los demás para ser feliz

La sociedad en que vivimos motiva la importancia de las apariencias y lo “socialmente aceptado”, y quien no se riñe a lo que todos los demás hacen, será rechazado o mal mirado.

No tiene nada de malo sentirse feliz con los cumplidos que nos hacen las demás personas, pero vivir en función de eso no nos permitirá ser felices. Además, piensa que siempre, siempre, habrá alguien que estará en desacuerdo con nosotros y eso no nos hará menos valiosos o importantes.