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Esos momentos en que sabes que ya no eres una jovencita

No importa la edad que tengamos, siempre habrá alguien más joven que nosotras, y ¡no tiene nada de malo!

Sí, lo admito. Tengo 26 años y aún me considero joven, pero no una “jovencita”. A pesar de que la segunda palabra es solo un diminutivo de la primera, ¡vaya que nos suena diferente una de la otra!

Nadie dice que la vida o el mundo se acabará si ya no eres joven; cada etapa de la vida tiene sus cosas buenas y malas y de eso se trata crecer.

Lo que sí es verdad, es que cuando pasas de los 25, empiezas a notar algunas situaciones o comentarios nuevos que nunca antes habías escuchado.

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Es natural, la vida pasa y todo cambia. Nos interesamos en cosas distintas y comenzamos a ocupar nuevos puestos o lugares en la sociedad.

La responsabilidad de hacerse adulto trae muchos beneficios; podemos ser independientes, pensar en nuestros sueños y en cómo los vamos a lograr.

Pero, para qué vamos a hacernos los desentendidos; cuando pasas los 25 sabes que las cosas cambian. Notas de a poco, que el mundo quiere que sepas que ya no eres una jovencita.

1. Los niños te llaman señora

Ya sabemos que los niños son los reyes de la honestidad, y en este caso, no nos favorece. Cuando los niños te dicen “señora” algo hace corto circuito en tu cabeza. “¿Señora? ¿Yo? Debe estar hablando con otra persona”

2. Te comienzan a interesar los adornos y muebles para el hogar

Por lo menos para mí, ir a tiendas de decoración o muebles cuando era pequeña, era una tortura. Dejando de lado a aquellas chicas que tienen vocación de diseñadora de interiores, cuando nos hacemos mayores, la sección de hogar en el centro comercial se nos hace agua a la boca.

3. La gente de la televisión y la publicidad es más joven que tu

La televisión siempre acude a gente hermosa y joven para aparecer en la pantalla. Cuando éramos más pequeñas, veíamos a los galanes de la televisión como hombres hechos y derechos. Ahora, cuando prendo la televisión, veo muchos niños guapos más parecidos a mi hermano pequeño que a mi galán soñado.

4. Sientes que eres la mayor en todas las fiestas

Si en la secundaria tratábamos de entrar a las fiestas para mayores desesperadamente, ahora, ya no sabemos a dónde ir. Después de los 25, las opciones para salir a divertirte se reducen considerablemente, y casi todas las otras chicas son menores que tu en las fiestas.

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