La crisis de los cuarenta es también llamada como la crisis de la mediana edad.
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En esta edad nos planteamos quiénes somos, para dónde vamos, sin importarnos lo que hayamos conseguido, es un momento de muchas preguntas, evaluaciones y descontentos internos.
Muchas mujeres pueden llegar a tener incluso sensaciones físicas, como malestar en el estómago, o sentir un profundo vacío en el corazón. Nuestra mente es tan potente que al cuestionar todo, nos hace perder un poco el equilibro y entrar en una etapa de vulnerabilidad.
Pero ojo, tomemos esta crisis como una oportunidad ya que en estos momentos son los que realmente podemos pensar si nos gusta o no lo que realizamos.
Vivimos en un mundo cada día más acelerado, competitivo, todo desechable, lo cual es una pequeña trampa ya que nos hace dejar de hacer esfuerzos. Nos pasamos todo el día pensando en lo que no alcanzamos hacer y lo que tenemos que realizar mañana, lo cual nos lleva a no estar presentes, no tener conciencia de lo que vivimos, es vivir con el piloto automático prendido.
Y sin darnos cuenta nos encontramos cumpliendo 40 años, es acá donde se nos hace un clic, podría llamarse el despertar de la conciencia: cuánto tiempo haciendo lo que la sociedad nos pide, y es acá donde muchas decimos basta, y comenzamos a mirar hacia atrás.
Nos damos cuenta de todo lo que dejamos de hacer, de las veces que nos hemos postergado, provocando en muchas una angustia, mezclada con una fuerte ansiedad, es acá el punto donde comenzamos una carrera loca por recuperar el tiempo y muchas veces el sueno perdido.
Envejecer no es una tarea fácil, sobre todo en esta sociedad tan marcada por el poder del la juventud, la belleza… estos son factores de éxito. Nos baja una necesidad de mirar el futuro y realizar cambios y estilos de vida.
Las mujeres nos ponemos más seguras, interesantes y sacamos a relucir lo que habíamos tapado por tanto tiempo. Se podría decir que tomamos un segundo aire, mejorando así todas nuestras experiencias.
Mejoramos también nuestra sexualidad, siendo más sensuales y al mismo tiempo más arriesgadas, buscando emociones más fuertes, colocando condimentos nuevos a la vida.
Para la mujer es una etapa de oportunidades y crecimiento. Esta crisis se da en todos los estados de pareja, casada, soltera, con hijos o sin ellos.
Es una etapa en la cual se producen la mayor cantidad de divorcios, muchísimos cambios, a veces los correctos otros no, como por ejemplo, cambios de casa, cuidad, trabajos y parejas.
Tratemos de tomar esta crisis en forma positiva, ya que nos hace replantearnos lo que tenemos y poder arreglar y ordenar nuestra vida, ya sea tanto cotidiana como sexual.
Se recomienda no ponerse tantas metas esperando los 40, esto solo nos llevara angustiarnos más llegar a la edad sin haberlas cumplidos.
Las crisis son buenas y esta edad mujeres es la mejor, que el llegar a los 40 solo nos lleve a encontrar la plenitud personal, familiar, sexual y profesional, sacando siempre nuestra esencia de mujer.