Despiertas. Tu aliento, cero fresco. Llevas pijama de franela porque hace frío y porque no puedes dormir en tacones ni ligueros, ni que tu habitación fuera película porno. Tu pelo es un desastre. Con todo, el que amaneció junto a ti te pone el cogidón de la vida… con eso de que ellos amanecen con la pila parada… ¿Te suena?
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Porque no todo en la vida es lencería y bondage. Las personas normales practicamos coitos normales, indignos de ser registrados en video, pero igual pueden parecernos espectaculares.
Algunos actos sexuales tienen fama de insuficientes… y no necesariamente es así. Se trata de prácticas ordinarias que, en el momento y con la persona adecuada, pueden hacerte sacar chispas. Aquí 10 de ellos.
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Usar condón
Sé que los condones son incómodos para la mayoría, pero a mí me gustan. Me gusta terminar y no tener que levantarme en un buen rato, porque todo el peligro quedó contenido en el condón. Me gusta que si el pene es enorme, el látex reduzca la fricción y lo haga más resbaladizo.
Otra que me gusta: pene enfundado en condón. Denme.
Usar lubricante
Lo ideal sería no necesitarlo pero, ya que lo necesito, pues convirtamos el asunto en un acto sexual interesante.
El otro día, el que estaba por penetrarme hizo que yo me lo pusiera, enfrente de él, que me iba diciendo cómo. Estuvo bueno.
Coger en posición del misionero
La postura más discriminada del kamasutra es cómoda, sentimental y buena fuente de orgasmos. Nada como sentir el peso masculino encima de una. Los que se quejan de ella, se me figura, es porque no usan otra.
Masturbar y masturbarse
Masturbarse en pareja es divertido. No está de sobra buscar alternativas a la penetración.
Intercambiar fantasías antes del sexo
En mails, en mensajes de celular, por teléfono, en el trayecto a una habitación de hotel. Si no tenías mucho ánimo de cogedera, la conversación te quitará la apatía.
Fajar y ya
Con urgencia, porque no queda mucho tiempo y te tienes que ir. Los fajes son amor. Los fajes son de dios.
Coger con la ropa puesta
Aunque no sea breve ni de encaje. Aunque sea la pijama de franela con la que empezó este post. Los calzones de algodón también entrañan erotismo.
Coger sin estarse muriendo de ganas
Es decir, coger por no dejar, por educación y amabilidad. Puede suceder que nuestras buenas intenciones sean recompensadas con un crescendo de calentura, que terminen en un orgasmo múltiple, una nunca sabe.
Y, si el final es plano, como el principio, tampoco es nada como para lamentarse.
Pedir las cosas por favor
No sólo por cortesía, sino porque el tono adecuado puede convertir el gesto en algo excitante.
Dar las gracias
Si el otro hizo un buen trabajo, hay que ser agradecidos. No sé ustedes, pero pocas cosas despiertan en mí tanta gratitud como el buen sexo. Una se termina enamorando, pues.