Actualidad

La suerte de la amante

Deseo ansiosamente probarte, sin culpas y más libre.

Soy la amante, la otra. Llámalo como quieras. He vivido bajo el foco de muchos y mi propia sombra.

El deseo es mi lugar, el sexo en donde nazco y muero. Mi cuerpo ahora solo son restos de cosas sin alma.

Huelo mal y tiemblo todo el tiempo. He perdido absoluto control sobre mí, el precio de la huida constante y el escondite ha sido la imposibilidad de amarte más.

Recomendados

Estoy condenada a tu ausencia impredecible, la ignorancia de tu vida y lo insoportable de tus manos que llegan a mí cansadas de otro cuerpo.

No te soporto y aun así sigo deseándote con esta enfermedad inmoral. Te llamo siempre a donde no te encuentro, ¡vaya suerte la mía!

En cambio yo no desaparezco, sigo y seguiré existiendo en tu apetito, más allá de la saciedad y tu pesadumbre.

Como siempre, has llegado sin avisar. Tan irresistiblemente sucio y elegante. Cargando el saco de culpas que lavaremos juntos en estas pocas horas que me dejas.

Estoica, te esperaré en la tina, desnuda y sumisa. Feliz de saber que nunca querrás dejarme, porque no existe otro lugar que le de tanto placer a tu ego.

Estamos juntos y vacíos, aunque yo más sola que tú. Dicen que si no tienes amor, no tienes nada, ni eres nada. Yo soy nada, sólo soy tú.

Somos cómplices del mismo desliz, cargamos la misma sentencia. Si me faltas muero, si te falto te acabas.

Me robaste la intuición, mi único poder y defensa. Ahora solo tengo la inútil esperanza de que vuelvas igual de solo que yo, a rogarme un espacio en el tiempo, a obligarme a amarte con un nuevo significado. Ya sin rincones ni escondites, sin manchas en las manos y sin culpas.

Espero que llegues, ansío el sabor de tu libertad.

Tags

Lo Último


Te recomendamos