¿Qué ganamos con el Acuerdo de Unión Civil?

V. y J. se van a casar. Hubo una petición de matrimonio muy romántica en Nueva York y hay un matrimonio que sucederá pronto. Ambos homosexuales, saben de los problemas que hay no solo para parejas del mismo sexo, sino para los heterosexuales que conviven hace mucho tiempo. También sabían, cuando se hizo la propuesta, que en Chile no había nada que pudiera validar un matrimonio gay en el extranjero. Hasta ahora.

Es un avance, por supuesto. En términos generales, la creación de un Acuerdo de Unión Civil (AUC) valida el estado civil de conviviente legal, estipula un régimen patrimonial para las parejas que opten por esta unión, sin importar si son o no del mismo sexo, buscando “entregar una protección patrimonial [previsión, salud, herencia] y derechos civiles para los contrayentes, regulando los efectos de su vida afectiva en común, de forma estable y permanente”.

Todo eso es perfecto. Y como dijo Movilh, costó “35 marchas, 72 protestas, 20 campañas, 6 proyectos de ley y 11 años”, pero se consiguió. Y si bien los temas jurídicos son muy importantes, como dijo un amigo: lo mejor es que le voy a poder decir “esposo” a mi pareja.

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Suena ridículo, pero en el fondo, es un derecho adicional que no está estipulado dentro de lo legal. Es un reconocimiento simbólico que tiene muchísimo peso, una palabra que cambia una dinámica básica de “pololos”, “novios”, “pareja”, a una “familia”, “esposos”, “cónyuge”.

Son cosas distintas, claro. El AUC no es realmente un matrimonio, es más un trámite para la pareja para validar algo que tienen de antes a nivel social y económico. Pero para los homosexuales, es algo más.

Es un paso que nos acerca a una idea de unión, a poder llamarnos de manera distinta, de poder presentar a alguien como “esposo”, y no “pareja”, que puede ser un infantilismo, pero las palabras importan. Son necesarias. Te permiten crecer y validar un poco más lo que uno está construyendo con el otro.

Con el AUC, ganamos no solo una lucha sobre vacíos legales, sino una validación personal como pareja que cualquiera puede entender. Puede que sigamos siendo “los raros” que se casaron, pero por lo menos, sabrán que no estamos solos y mi “pareja”, es más que eso: es un compromiso válido, mi futuro y mi vida.