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Efectos negativos de los cigarrillos electrónicos

Se supone que serían una opción más saludable que los cigarros tradicionales, pero la Organización Mundial de la Salud los considera nocivos.

El tabaquismo es un problema a nivel global y millones de personas mueren cada año de enfermedades asociadas a esta adicción. Hace algunos años se comenzó a hablar de una nueva alternativa que se supone ayudaría a eliminar los efectos de este hábito tan nocivo: el cigarro electrónico.

A pesar de que se pusieron de moda hace poco, los cigarros electrónicos se comenzaron a comercializar desde el año 2003 en China. Luego de un tiempo se hicieron populares en Europa y finalmente, llegaron a América como la gran novedad.

¿Fumar cigarrillos electrónicos es más seguro que fumar uno normal? El cigarro tradicional tiene una gran cantidad de sustancias tóxicas y adictiva, y los cigarros electrónicos no las tienen. Sin embargo, esto no quiere decir que sean inofensivos para la salud.

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En agosto de 2014, la Organización Mundial de la Salud publicó una investigación sobre este tipo de productos, y la conclusión que se obtuvo luego de analizar los efectos que tienen sobre el organismo, es que los cigarrillos electrónicos deberían prohibirse.

Nos podríamos preguntar qué es lo que hace peligroso o dañino a los cigarros electrónicos y por qué los especialistas y médicos quieren evitar que las personas los utilicen para librarse del tabaquismo.

La respuesta es simple: el vapor. Para simular a los cigarros tradicionales, los creadores de estos productos idearon un sistema que permite que la persona inhale y exhale humo, tal cual lo haría si fumara un cigarrillo de verdad.

El problema es que el vapor de los cigarrillos electrónicos tiene aún más metales pesados que el de los cigarros tradicionales, y aunque el riesgo es inmensamente menor al aspirar este humo que el de un cigarro hecho con tabaco, el vapor de agua podría ocasionar problemas en los pulmones de todas formas.

La evidencia sobre si son realmente efectivos para combatir el tabaquismo no es clara aún, pero según un estudio hecho en 2014 por el Centro de Control y Prevención de enfermedades de Estados Unidos y citado en un artículo de The Washington Post, un 43.9% de los adolescentes que usan cigarrillos electrónicos se hacen adictos al tabaco un tiempo después.

En términos de la peligrosidad de sus componentes, la Agencia Americana del Medicamento (FDA) advirtió en 2009 que los cigarrillos electrónicos podrían tener sustancias cancerígenas (el propilenglicol y las nitrosaminas) y recomendó que su venta se regulara más firmemente.

Los estudios hechos por la Sociedad Americana del Corazón comprueban que el vapor de los cigarros electrónicos puede ser muy irritante, sobre todo para las vías respiratorias. Además, plantea que la inhalación regular podría alterar el sistema nervioso y que además puede generar mareos y vómitos.

De todas formas, el daño pulmonar es mucho mayor con los cigarros normales y, en ese sentido, podría ser mejor un cigarro electrónico.

Los especialistas creen que fumar cigarrillos electrónicos puede alargar la fecha en que se decide dejar de fumar por completo y esto podría perjudicar a los fumadores que quieren dejar el hábito.

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