Moda y Belleza

Omelette perfecto para un domingo en casa

¿Quieres cocinar algo fácil? Esta es la receta para el desayuno perfecto. Lo mejor, ¡es muy fácil!

Soy una verdadera amante de las “tortillas francesas” en el desayuno, o más simple, los omelettes. Me encantan porque prepararlos es de lo más sencillo, sin importar tus habilidades culinarias, hay recetas muy fáciles. Lo mejor es que como resultado tendrás un desayuno completísimo y saludable.

Hoy te compartiré una receta que tomé de un amigo y chef de Marruecos, quien me reveló el secreto para lograr un omelette impecable. Normalmente, cuando pensamos en un platillo con jitomate asumimos que éste debe ir picado o molido. Pues nada de eso. El secreto está ¡en rallarlo!

Así como lo oyes, sólo rállalo con el rallador de queso más común y ¡voilà! Ahora bien, pasemos a la receta:

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Ingredientes (para 2 personas)

  1. 1 jitomates grande rallado
  2. 1/2 diente de ajo molido
  3. 1 cucharada de perejil picado
  4. 1 cucharada de cilantro picado
  5. 1/2 cucharadita de pimienta negra
  6. 1/2 cucharadita de sal
  7. 1 hoja de laurel
  8. 1 cucharaditas de aceite de oliva
  9. 4 huevos

Preparación

  1. Coloca el jitomate rallado en un recipiente de barro extendido. Si no es de barro, puedes utilizar un sartén normal en el que puedas extender la mezcla.
  2. Agrega el ajo, perejil y cilnatro (guarda algo para colocar al final), pimienta, sal, laurel y aceite de oliva.
  3. Tapa y hierve a fuego lento por 10 minutos
  4. Rompe los huevos, uno por uno, directamente sobre la mezcla de jitomate y especias en el sartén y tapa parcialmente.
  5. Deja a fuego lento por 5 minutos más hasta que los huevos se cocinen, cuidando que la yema se mantenga tierna por dentro.
  6. Al final, agrega cilantro y perejil de nuevo para adornar y lleva el recipiente a la mesa para que puedan servirse.

La diferencia de esta receta con la del omelette que conocemos, es que no hay que doblar, ni presentar en el plato. Para conservar su originalidad, se deja la mezcla extendida sobre el recipiente (por eso se sugiere el barro) y llevarlo a la mesa directamente.

¿Qué tal? Un antojo sublime para esta mañana de domingo. ¡Saca la chef que llevas dentro!

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