“Déjate sorprender”. Esta debe ser, probablemente, la frase que más odien las personas que tienen demasiado control sobre sí mismos, y que también desean tenerlo sobre todo lo que los rodea.
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Ya sabemos que no podemos controlarlo todo, y eso es una buena noticia. Un nuevo estudio hecho por investigadores de la Universidad de Berkeley en California, descubrió que hay una emoción que puede ayudar a que nuestro organismo se fortalezca: el asombro.
Si no tenemos control, ocurren cosas inesperadas y nos asombramos. Según este estudio, cada vez que tenemos esa sensación o emoción de asombro, nuestro sistema inmunológico se fortalece.
Esto ocurre con todas las emociones positivas, pero los investigadores descubrieron que el asombro en particular, es la más potente. Se observó además, que sorprenderse positivamente puede ayudar a reducir la inflamación.
Con esto, nos referimos a los procesos inflamatorios en general, que en la mayoría de las veces, se deben al estrés y al cortisol, hormona que el cuerpo libera cuando es sometido a constantes estados de tensión y preocupación.
Cuando nos asombramos con algo, como por ejemplo, un hermoso paisaje, el sistema inmunológico responde a los niveles de citocinas, y trabaja más fuertemente.
A veces pensamos que necesitamos algo demasiado espectacular para sentirnos asombrados, pero la verdad es que hay muchas cosas en el día a día que pueden sorprendernos, sólo tenemos que observar a nuestro alrededor.
Sólo hay que pensar en lo bien que nos hace sentir ver cosas sorprendentes; nos damos cuenta de que somos parte del mundo y que tenemos que estar conscientes de cada momento. Si apreciamos el asombro, no vamos a querer perder tiempo quejándonos o pensando en cosas malas. ¡A dejarse sorprender!
