Racismo en Chile, la realidad que enfrentan algunos inmigrantes

“Y verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero”. Esta frase de la popular canción “Si vas para Chile” compuesta por el chileno Chito Faró en 1942, retrata una realidad un poco lejana a lo que se vive actualmente en Chile.

La discriminación, y por qué no decirlo, el racismo se manifiesta en la vida cotidiana y aunque muchos aseguren que Chile es un país tolerante, los estudios e investigaciones al respecto afirman todo lo contrario.

Este miércoles 15  y jueves 16 abril se realizó el seminario “Racismo en Chile: la piel como marca de la inmigración” en la Casa Central de la Universidad de Chile, y en este ciclo de charlas y debates se expuso el problema del racismo que existe hacia los inmigrantes, específicamente, contra con los que son de ascendencia afrocaribeña.

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A finales de los años 90 y principios de los 2000, la inmigración de ciudadanos peruanos a Chile fue sustancial. Sin embargo, durante los últimos años, muchos ciudadanos colombianos, dominicanos, bolivianos, ecuatorianos y haitianos, entre otros, llegaron a nuestro país para construir una nueva vida.

Durante el discurso de inauguración del primer panel de discusión de este seminario, María Emilia Tijoux, investigadora responsable del proyecto Fondecyt “Inmigrantes negros en Chile“, señaló que actualmente, los inmigrantes enfrentan “una violencia más evidente y directa“.

La madre de la cantante Anita Tijoux habló también sobre el color de la piel como un “un terrotorio que se expone y se presenta a la sociedad, dejando expuesto a quien tiene la piel más oscura a juicios y discriminaciones”.

A pesar de que, según los expositores, existe un discurso político que quiere manifestar que Chile es un país “mucho más tolerante“, la realidad y el hecho es muy distinto.

Faride Zerán, Vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Periodismo en 2007, se refiere a la construcción que los medios de comunicación hacen en torno a la imagen de los inmigrantes y a los estereotipos que contribuyen al racismo de la sociedad chilena:

Los inmigrantes, sobre todo los de ascendencia afrocaribeña, representan una alteridad que se rechaza pero se busca. Cada vez que se produce una semejanza con el inmigrante, el chileno indica la diferencia.

Este racismo simbólico que los oradores señalan, tiene que ver con varios aspectos. No sólo existe una actitud racista cotidiana, sino que hay un racismo simbólico que se manifiesta a través del trabajo, la educación y los derechos a servicios públicos, como la salud.

Un país racista que no se asume como tal

Para llevar a cabo su investigación, María Emilia Tijoux no sólo se basó en la experiencia y testimonios de inmigrantes, sino que también en la opinión que los chilenos y chilenas tienen sobre ello.

La realidad es que existen muchos chilenos que muestran respeto hacia las personas extranjeras que llegan al país, pero también, hay un grupo importante que rechaza a todo aquel que no es “un chileno puro“.

Esta concepción se refiere a los inmigrantes de piel negra, ya que por lo general, los ciudadanos argentinos que viven en Chile no son juzgados, sólo por ser considerados “similares físicamente“.

Celia Cussen, responsable del proyecto Fondecyt “Evangelizar al negro en Santiago de Chile y Lima, Perú, 1583-1700”, se refiere a este concepto de “chileno puro” y lo considera totalmente errado y sin fundamento.

El chileno no es puro, al igual que las personas de gran parte del mundo; por los procesos de colonización históricos, esta característica dejó de exhibirse y no existe una persona pura y otras que no lo son.

Al respecto de las manifestaciones más claras del racismo en Chile, Josefina Correa, socióloga de la U. de Chile y colaboradora en los proyectos nombrados anteriormente, habla sobre el “sentimiento de amenaza” que la sociedad chilena expresa hacia los inmigrantes.

Esas creencias de que “nos vienen a quitar el trabajo” o que “son distintos a nosotros físicamente”, han contribuido negativamente a la barrera entre inmigrantes y chilenos.

Josefina Correa plantea la interrogante de por qué la inmigración “es un problema para los chilenos“. Se debe a estas barreras simbólicas, a las diferencias que no se manifiestan en el discurso político, el mismo que plantea la aceptación de lo distinto, de “lo ajeno”.

No todos los chilenos son racistas. Este punto fue recalcado por los investigadores, pero también se reconoció que existe un problema que se tapa, no se hace evidente y que afecta a miles de personas que llegan al país cada año.