Es medio día, ya llevamos varias horas despiertas y nuestro estómago se empieza a manifestar. Por más que tratemos de no hacerle caso, hace ruidos, muchos ruidos y exige que le demos algo ahora ya.
PUBLICIDAD
Muchas veces, cuando tenemos estos antojos, tomamos lo primero que encontramos, o en realidad, lo que más nos gusta. ¿Cómo resistirte a ese rico chocolate que te mira con ojos seductores desde el estante de la tienda?
En primer lugar, no hay por qué sufrir. Si a veces te quieres comer ese chocolate que cuando tienes hambre se parece a Brad Pitt, adelante. No va a haber un terremoto o un desastre natural porque te lo comes, sólo trata de no hacerlo todos los días.
Para esos momentos, lo mejor es tener cosas sanas a la mano, especialmente, alimentos con fibra que produzcan una sensación de saciedad. Si ya te rendiste y te enamoraste perdidamente del chocolate que viste, trata de elegir uno que sea amargo y con alto porcentaje en cacao.
Las nueces y las almendras son una buena opción para apagar el monstruo que hay en el estómago. La idea es que te comas un puñado, no una bolsa entera, y con eso estarás satisfecha hasta la hora de almuerzo.
Las frutas son muy buenas para este propósito. Una manzana es tu mejor aliada para esa merienda de media mañana y puedes ir variando cada día. Si eliges comer frutos rojos, además estarás ayudando a alejar de ti las infecciones urinarias.
Lo más importante: mantente hidratada. Muchas veces pensamos que tenemos hambre, pero en realidad estamos deshidratadas. Si tomamos agua regularmente, nuestro cuerpo nos avisará cuando realmente necesita comida y no se confundirá.