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Los hombres están más dispuestos a renunciar a su trabajo por atender a su familia, según encuesta

Los resultados de una encuesta demuestran que a las mujeres les cuesta más trabajo dejar su vida profesional que a los hombres.

A principios de los 90’s, el sector empresarial de Estados Unidos discutía sobre el hecho de que las mujeres tuvieran que decidir entre tener una familia o una carrera profesional. La flexibilidad de horarios y labores para las mujeres que eran madres, o querían serlo, costaban una fortuna a los empresarios, por lo que surgió el famoso mommy track. Esto consistía en otorgarle a las mujeres trabajos más simples y de bajo perfil para que fácilmente pudieran equilibrar su vida en casa y en la oficina, aunque esto significara bajar de nivel o truncar cualquier posibilidad de crecimiento profesional.

Mientras el tema de la igualdad labora estaba sobre la mesa, las mujeres que tenían a su mando grandes responsabilidades, estaban siendo desplazadas por sus propias corporaciones.

Recientemente, en enero del 2015, una encuesta realizada a 9,699 trabajadores, llevada a cabo por la firma cosultora EY, arrojó que el 67% de los hombres han cambiado o cambiarían su condición laboral por atender mejor las necesidades familiares. Ese porcentaje fue de 57% en las mujeres. Otro dato, es que el 57% de los hombres rechazarían una promoción, mientras que el 51% de las mujeres no estarían dispuestas a hacerlo. Aún más sorprendente, es que el 26%  de los hombres encuestados cambiarían de residencia a una con mejores expectativas de vida familiar, contra el 18% de las mujeres que también lo harían.

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Bajo estos números, han surgido algunas conclusiones:

  1. Ellos tienen más facilidades para encontrar trabajo en cualquier momento.
  2. A ellas no les preocupa el tema de la fraternidad, porque lo dominan mucho mejor.

La época actual demanda que ambos padres tengan una actividad económica que les permita mantener a una familia. Muy diferente al panorama de los 70’s, cuando las mujeres podían dedicarse de lleno al hogar.

La ola feminista hace que las mujeres le demos más valor a nuestro desarrolo profesional, sin embargo no hay que tomarlo como un acto de rebeldía, sino como una necesidad primaria para poder sacar adelante cualquier plan de vida solas, casadas, con hijos o sin ellos.

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