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Española vivió dolorosa situación porque Irlanda le prohibió abortar

A pesar de que el corazón de su bebé ya no latía, esta mujer debió vivir con él en su interior durante dos meses porque médicos en Irlanda no le dieron la posibilidad de abortar apenas supo la triste noticia.

La legislación en torno al aborto aún es muy rígida en muchos países del mundo. Un ejemplo de ellos es Irlanda, y una mujer española vivió una situación tremendamente dolorosa debido a las leyes en torno a este tema en ese país.

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La historia de Lupe, una mujer española de 39 años que vivía en Irlanda hace unos años, abrió nuevamente el debate que tiene como foco de discusión la necesidad urgente de suavizar la legislación para evitar que casos como el suyo vuelvan a ocurrir.

En una completa entrevista con El Mundo España, esta mujer narra detalladamente el momento más difícil que ha tenido que enfrentar en su vida: a pesar de saber que su bebé ya no vivía, debió llevarlo dentro de ella durante dos meses porque los médicos en Irlanda no le permitieron abortar.

Tal como se cuenta en este artículo, Lupe declaró que a las 11 semanas de gestación sufrió un extraño sangrado, y acudió al médico inmediatamente. Desde ese momento, todos los análisis y exámenes fueron poco certeros.

En la primera revisión que se le hizo, el médico comprobó con un fonendoscopio que el corazón del bebé no latía. En ese momento, Lupe fue derivada al hospital de Galway, Irlanda, y en ese lugar la revisaron otra vez. Pero, como ella misma cuenta:

La doctora que me atendió tampoco me hizo ninguna ecografía. Me dijo que había una pequeña herida en el cuello del útero y me citó para dos semanas más tarde. Pero no me quedé tranquila y me fui a una clínica privada, donde me dieron cita para nueve días después. Al menos había ganado unos días.

Todos los procedimientos fueron inciertos y demorados, mientras que Lupe tenía que vivir con esa terrible sensación de saber que su feto ya estaba muerto, y a pesar de todo eso, nadie actuó acorde a las circunstancias.

La rígida legislación del aborto en Irlanda hizo que, a pesar de que había certeza de que el bebé estaba muerto, la madre no pudiera “abortar” los restos de su hijo cuando era el momento adecuado.

A raíz de este caso, Amnistía Internacional inició una campaña para que la legislación se suavice y que las mujeres tengan la oportunidad de abortar al menos en casos de violación o cuando hay problemas de malformación fetal.

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