Mirar la vida desde tu propio cristal

Desde el momento en que nacemos, los seremos humanos comenzamos a ver a través de los ojos de los demás. Es algo obvio y natural; somos bebés y dependemos totalmente de nuestros padres para sobrevivir.

Esa dependencia también significa que aprenderemos a ver el mundo desde distintas perspectivas, perspectivas que están influenciadas por todo el entorno en el que crecemos y nos desarrollamos.

Pero llega cierto punto en la vida en que ya no queremos ver las cosas a través de los ojos de nuestros padres, y es en ese momento en que comenzamos a caminar por nuestra cuenta, sin el brazo o la mano de alguien que nos recogerá si caemos.

Recomendados

‘Lola Vendetta’ expone, a través de sus ilustraciones, ¿qué pasa después de una relación tóxica?

En qué consisten los dos tratamientos innovadores que potencian la sexualidad en la menopausia

10 nombres rusos para niños: todos tienen mucho carácter y poderosos significados

Aunque deseemos la independencia con locura, también nos da temor descubrir lo que veremos si observamos a través de nuestro propio cristal. No es fácil darse cuenta de que tienes defectos, de que te falta crecer y madurar o de que eres responsable de tus propias acciones.

Dejando de lado ese temor, sabemos que vale la pena intentarlo. Puede que ese cristal por el que quieres mirar de ahora en adelante tenga un par de trizaduras que deben ser reparadas, pero tú sabes cuál es la forma indicada para pegar esos trozos rotos.

Es posible que también te confundas, o que el cristal por el que miras no te deja observar las cosas con claridad y es ahí cuando te darás cuenta de que es hora de cambiarlo por uno nuevo.

Independiente de esto, debes confiar en ti misma y en la forma en que miras el mundo. Nadie más puede ver a través de tus ojos, sólo tú puedes interpretar las cosas de la forma que creas correcta.